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OTROS TEMAS > LA HISTORIA DE INTERNET

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Laberintos

Herejías y herejes de nuestro tiempo


 


Cronología

1962. JCR Licklider tiene la premonición de una red intergaláctica de computadoras.

1967. Primer proyecto de ARPAnet, antecesora de Internet. Coincidencia sobre la necesidad de usar tecnología de 'paquetes' de información para transmitir.

1969. Prueba de fuego, primera transmisión a través de cuatro nodos fundacionales construidos por BBN para ARPAnet.

1971. Ya hay 15 nodos de la Red. Ray Tomlinson inventa el correo electrónico con la famosa @.

1972. Bob Kahn hace una demostración de ARPAnet con 40 máquinas conectadas y causa sensación.

1974. Vint Cerf y Kahn publican su propuesta para un protocolo de comunicación, el TCP/IP, esperanto electrónico de la futura Internet.

1983. El 1 de enero todas las máquinas vinculadas a ARPAnet deben utilizar el TCP/IP, Internet comienza a tomar forma.

1984. El novelista William Gibson publica 'Neuromante', y define la palabra 'ciberespacio'.

1986. La Fundación Nacional de la Ciencia de EE.UU. crea la 'columna vertebral' de Internet mediante la conexión de cinco supercomputadores.

1990. ARPAnet deja de existir. Internet está consolidada y definida como una Red de redes.

1991. Tim Berners Lee da a conocer la World Wide Web o Telaraña Mundial.

1993. El navegador Mosaic facilita el acceso a la WWW, es precursor de Netscape.

1996. La columna vertebral de la NSF pasa a manos privadas.

1998. Acuerdo para crear na agencia internacional de registro de nombres o dominios.

1999. Según una agencia de Naciones Unidas, hay más de 200 millones de habitantes en el ciberespacio.

2000. Internet está desencadenada.

Recuerdos del Futuro
la historia de Internet

por Luis Córdova

 

Abre los ojos y escucha: el experimento realizado por los jóvenes despeinados de octubre de 1969 tiene un impacto asteroidal sobre nuestro mundo. Hay que navegar hasta esa época, aparentemente remota, para iniciar la travesía a través de la historia de Internet, la red de redes materializada en nuestras vidas hace apenas unos pocos años. Para quienes aún dudan de su trascendencia, la noticia es que el fenómeno es irreversible y afecta tanto a conectados como a desconectados.

El primer paso
Durante un viaje hacia las profundidades de Internet aparece una revelación: en el principio fue una 'L'. Los jóvenes investigadores estaban reunidos en torno a computadoras construidas especialmente para esa ocasión, enchufadas en las universidades estadounidenses de Los Angeles y Stanford, con el aliento contenido ante la posibilidad de transmitir una palabra entre esas dos máquinas. Esa palabra era LOGWIN. Y todo esto ocurría el 20 de octubre de 1969.
En una época de sueños y pesadillas futuristas, de computadoras que parecían dinosaurios, de paranoias abisales, de clamores universales, de amor libre, rock y revolución, Internet comenzaba a gestarse en la intimidad de los primeros laboratorios de informática.
La primera transmisión de la palabra LOGWIN, 'log' por conexión y 'win' por victoria, comenzó por esa 'L' mítica y apenas alcanzó a llegar hasta la 'G', pero fue suficiente para demostrar una teoría fundacional, la de la transmisión de información en forma de paquetes (packet switching). Densa y misteriosa, implica la posibilidad de dividir la información en paquetes que transitan distintos caminos pero se reagrupan al llegar a su destino. ¿Suena herético, impenetrable? Sin embargo, esa fue la clave del éxito para un experimento que décadas más tarde altera el funcionamiento de la humanidad.
Para 1969 ya habían ocurrido algunas cosas trascendentales. Un genio alucinado había propuesto formalmente la creación de una 'red intergaláctica' y luego consiguió que los militares paranoicos de la guerra fría financiaran la exploración del misterioso y naciente mundo de las tecnologías de la información. Los protagonistas eran civiles, pioneros de la informática, que habían intercambiado teorías durante años y estaban deseosos de llevarlas a la práctica.
Ahora toda esa época pasa por el cedazo de quienes hurgan la historia. Pioneros de Internet, escritores de ciencia ficción e informáticos discuten sobre el tema. Por ejemplo, en el grupo de noticias de 'Community Memory', donde un debate sobre el momento preciso en que nació la Red de redes puede desatar largas conversaciones: hay quienes creen que fue el 2 de septiembre de 1969 cuando fueron presentadas las computadoras capaces de establecer una conexión, otros son definitivos al considerar el día de la primera conexión el 20 de octubre de 1969. Y hay quienes incluso prefieren fechas más recientes.
Esta exploración histórica se repite a lo largo y ancho de la Red, y es necesario entender que no es un ejercicio inútil, un pasatiempo de fanáticos o un tema reservado a los especialistas. Después de todo, las dos primeras computadoras que trataron de decirse 'LOGWIN' estaban convertidas a comienzos del 2000 en un sistema que conecta 170 países y más de 300 millones de personas.
Hay una nueva cultura que está naciendo, está mutando, o está evolucionando.

Hitos y mitos
"Esta historia es compleja", advierten siete fundadores del ciberespacio que escribieron un recuento sobre el origen de la conectividad entre computadoras para la Internet Society, una entidad de corte académico que asumió la tarea de coordinar actividades en la etapa fundacional de una Red sin dueños ni autoridades reconocidas.
Casi todos los documentos sobre este tema comienzan hablando de tiempos de guerra fría, de científicos soviéticos que pusieron en órbita el primer Sputnik en 1957 y así aceleraron las paranoias estadounidenses, lo cual derivó en la fundación de una agencia pseudosecreta y militar para la investigación de proyectos estratégicos, conocida por sus siglas en inglés como ARPA.
Después, el relato se enturbia. Una versión popular que tiene el poder fantasioso de las películas de acción, sugiere que los militares de ARPA iniciaron en esa época el desarrollo de la futura Internet con la idea de tener un sistema de comunicaciones capaz de sobrevivir la guerra nuclear, y asigna una gran importancia al componente castrense.
Pero la exploración de los tiempos primigenios suele aportar elementos distintos a los de esa versión popular. Aparecen sueños, visiones e invenciones producidas por grupos de investigadores civiles que eventualmente logran el respaldo económico de ARPA para probar teorías intensas sobre el futuro.
Entre las nieblas de ese pasado la figura predominante es la de 'Lick', quien tenía a inverosímil profesión de sicoacústico cuando entró en escena con revolucionarias teorías sobre computadoras integradas a nivel intergaláctico, con las cuales influyó en forma decisiva en el diseño de los tiempos modernos.
J.C.R. Licklider lanzó sus conceptos de vanguardia en conferencias aparentemente inocentes en los años 60: sus trabajos se titulaban 'La simbiosis humano computadora' y 'La computadora como instrumento de comunicaciones'. Hay que recordar que en aquellos tiempos casi ningún ser humano había visto, tocado o siquiera oído hablar de una computadora.
En agosto de 1962 Lick produjo un memorándum que, valga la redundancia, fue memorable. Allí anunciaba una visión definitiva, la de una red intergaláctica que iba a ser capaz de conectar a todas las computadoras del planeta Tierra y aún más allá. Uno de sus problemas era que él no sabía cómo construir esa red, pero en octubre de ese mismo año lo nombraron jefe en ARPA, y desde allí impulsó esas ideas.
Casi al mismo tiempo pero en el célebre MIT (emaiti, le dicen), menos conocido como Instituto de Tecnología de Massachusetts, un investigador llamado Leonard Kleinrock jugueteaba con la misteriosa teoría de dividir la información en paquetes para facilitar su transmisión. En 1965 ya estaba haciendo algunos experimentos junto a un colega, Lawrence Roberts.
Ese fue el mismo Roberts que llegó a ARPA en 1966, para asumir un proyecto de consecuencias impredecibles, aprobado en menos de 20 minutos, con un presupuesto de un millón de dólares: se trataba de construir una red de computadoras similar a la envisionada por Lick, que se llamaría ARPAnet, embrión de la futura Internet.
En 1967 Roberts llevó la teoría de los paquetes a una conferencia de alto nivel técnico, donde descubrió para su sorpresa que dos científicos británicos habían llegado a la misma conclusión. Las ideas comenzaban a coincidir, el destino apuntaba hacia la red de redes.
Fue en esa misma conferencia donde un investigador de la organización RAND, Paul Baran, anunció que él también había estado trabajando en algo similar a la teoría de los paquetes. En ese tiempo RAND alimentaba las paranoias de la guerra fría con sus investigaciones en el campo de defensa, y su breve paso en esta historia contribuyó a alimentar la versión sobre el origen militar de Internet.
"El estudio de RAND originó el falso rumor según el cual ARPAnet tenía que ver con la construcción de una red resistente a la guerra nuclear. Eso nunca fue verdad, y sólo fue mencionado en el trabajo de RAND, que no estaba vinculado al proyecto", dice el recuento histórico compilado por la Internet Society.
Les Earnest, uno de los pioneros de ARPAnet, envió un mensaje al grupo de discusión de Community Memory el 5 de abril de 1999, en el cual recuerda que el Departamento de Defensa de Estados Unidos pagaba las cuentas, pero el Pentágono tenía poco que ver con la invención de la red. Y la verdad es que si bien ARPA era un organismo militar, no hay militares en la lista de grandes próceres de Internet, en la cual más bien predominan los investigadores curiosos interesados por alumbrar lo que con los años sería conocido como la 'sociedad de la información'.
Y fue desde su puesto directivo en ARPA desde donde Roberts emitió un documento célebre: era una convocatoria a las empresas de tecnología para que construyeran computadoras capaces de actuar como 'compuertas' en la nueva red.

Esperanto tecnológico
La empresa Bolt Beranek and Newman, BBN, construyó las primeras cuatro compuertas o nodos para la red ARPAnet, que en 1969 ya tenía confirmado el financiamiento del pentágono. Era un año clave para el futuro: un ser humano llegaba hasta nuestro natural satélite, la luna, mientras cinéfilos de todo el mundo deliraban con las insinuaciones siderales de "2001, Odisea del espacio"
Todo parecía claro entonces: el futuro, es decir el año 2000, estaba cargado de viajes espaciales. Desde luego, pocos imaginaban en ese entonces el advenimiento de las odiseas ciberespaciales.
Mientras tanto, los computadores de BBN eran instalados en las universidades que luego intentarían la transmisión de la palabra LOGWIN. "Lo enchufaron y simplemente comenzó a funcionar", recuerda Vinton Cerf, uno de los más reconocidos 'padres' de Internet.
Kleinrock, que para entonces ya estaba incorporado al equipo de ARPA, dirigió el equipo que intentó la conexión. El 2 de septiembre de 1969 comprobaron que las computadoras estaban capacitadas para 'hablar' y el 20 de octubre intentaron el experimento. "Uno puede decir que la Internet surgió a la vida en cualquiera de esas dos fechas", afirma.
Los nodos o compuertas comenzaron a multiplicarse. En 1971 había 15 computadoras de este tipo, incluyendo una en Hawaii, y en 1973 ya existían conexiones fuera de Estados Unidos, en Gran Bretaña y Noruega.
En 1972 uno de los líderes del equipo, Robert Kahn, fue enviado a realizar una demostración de ARPAnet en una conferencia internacional sobre computación en Washington. Conectó 40 máquinas, y los asistentes quedaron boquiabiertos. Después de todo, en la mayor parte del mundo aún no se conocía la televisión a color. Y bueno... todavía no se producía el golpe de Estado en Chile y Estados Unidos combatía la guerra de Vietnam.
Era un momento interesante, en especial si consideramos que un investigador de BBN, Ray Tomlinson, culminaba un trabajo secreto para crear un sistema de envío de mensajes entre computadoras a través de la red. En ese proceso inventó un sistema de direcciones y cuando requirió del uso de un símbolo para completar el proyecto escogió la @, que en inglés reproduce la preposición 'en'. Nació el correo electrónico, el email, y desde entonces se transformó en la aplicación más utilizada en las redes. Y de la @, que en español representa a la medida de peso conocida como 'arroba', ni hablar: es un icono de los tiempos modernos.
Pero pese a todos los avances aún faltaba un elemento clave, el del idioma que deberían hablar las computadoras para poder comunicarse en forma estable. Este elemento se denomina como 'norma' o 'protocolo'. Y fueron Cerf y Kahn quienes se pusieron a trabajar en ese detalle. Querían un lenguaje sólido, estable. Fue en ese proceso turbulento cuando, según la Internet Society, ARPAnet comenzó a transformarse en Internet.
"Kahn me pedía el software, y yo lo diseñaba durante la noche", recuerda Cerf. En 1974 publicaron el proyecto sobre el programa de control de transmisión, TCP. Los ajustes posteriores determinaron la incorporación del apéndice IP, por Internet Protocol. "De esa forma ellos firmaron el acta de nacimiento de Internet", opina el filósofo franco-canadiense Jean Claude Guedón en su libro 'El planeta Ciber'.
Para tener una idea de lo que sucedió en ese momento de la historia, vale la pena recordar que en la actualidad todas, absolutamente todas las computadoras vinculadas a Internet, utilizan el protocolo TCP-IP.
Un tiempo después ARPAnet ya no estaba sola. Entidades gubernamentales y académicas estadounidenses y europeas se sumaban al mundo de las redes. Los inventores del TCP-IP, quienes por cierto tuvieron financiamiento militar, opinaban que la interconexión entre esos sistemas producía un fenómeno que denominaron 'internetting'. Una nueva palabra comenzaba a gestarse.
En 1982, rendido ante la evidencia de la popularidad del protocolo y de la fuerza del 'internetting', ARPA decidió desclasificar el TCP-IP y además dispuso que fuera de uso obligatorio para todas aquellas redes conectadas a ARPAnet. Era un conjunto de redes interconectadas, "una Internet", como apunta Robert Hobbes Zakon en su cronología de la red.
Y mientras las historias de la gran mayoría de la humanidad seguían su rumbo, que en América Latina estaba ensombrecido por las primeras manifestaciones de la 'década perdida' de la economía, el 1 de enero de 1983 fue efectuada una transición de gran impacto en el futuro. A primera hora de ese día, todas las redes interconectadas comenzaron a utilizar el esperanto tecnológico, el TCP-IP.

Tiempos modernos
Ronda Hauben, una de las más conocidas historiadoras de la Red, participó activamente en la discusión sobre "la naturaleza de Internet" que se llevó a cabo en abril de 1999 en la lista de discusiones de Community Memory, y aseguró que según muchos expertos ese 1 de enero de 1983 "comenzó la Internet".
Poco después de la adopción generalizada del TCP-IP ARPAnet fue desmilitarizada por completo. Para entonces ya estaba claro que las comunidades académicas eran las principales usuarias de la Red de redes, y que su actividad principal era la de mandarse mensajes de correo electrónico.
"En 1985 la Internet ya era una tecnología bien establecida", afirma el documento de la Society. Pero era conocida sólo para unos pocos, y aún faltaban muchos años antes que comenzara a ser descubierta por la gente común, y ni hablar del sur del planeta. En cambio muchos aficionados al género de la ciencia ficción se iniciaban en las visiones de la posteridad ciberespacial a través de una novela muy premiada y traducida, "Neuromante".
El autor William Gibson hizo allí una revelación: el término ciberespacio. Una realidad alternativa, diferente a la que nos confronta todos los días, "una alucinación consensual" que convoca a seres conectados a través de consolas especiales. En esos tiempos la Red era básicamente textual, así que el escritor se inspiró más bien en los videojuegos. Pero con el tiempo la palabra iba a consolidarse, y ciberespacio terminó por ser sinónimo de Internet
A esas alturas el futuro estaba desatado. En 1986 la Fundación Nacional de las Ciencias (NSF) de Estados Unidos estableció una 'backbone' o troncal de Internet, con cinco nodos interconectados a altas velocidades. ARPAnet vivía sus últimos momentos, llegaba la hora de su extinción al borde de los 90. En ese momento la acción se trasladó a Suiza.
En el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), que tiene su sede en esa neutral nación europea, Tim Berners Lee dirigía la búsqueda de un sistema de almacenamiento y recuperación de datos. Recordó entonces un proyecto alucinante llamado 'Xanadú' que había sido proclamado por Ted Nelson, quien anunció el advenimiento del 'hipertexto' como una fórmula para vincular todo el conocimiento humano.
Berners Lee retomó la idea de Nelson de usar los 'hipervínculos' y en 1989 presentó un trabajo titulado "El manejo de la información: una propuesta". Robert Caillau, quien cooperó en el proyecto, cuenta que en octubre de 1990 decidieron ponerle un nombre a este sistema, y entonces lo llamaron World Wide Web (WWW) o Telaraña Mundial. Era el detonador de una explosión.
La nueva fórmula permitía vincular la información en forma lógica y a través de las redes. El contenido se programaba mediante un lenguaje de hipertexto con 'etiquetas' que asignaban una función a cada parte del contenido. Y luego un programa de computación, un intérprete, era capaz de leer esas etiquetas para desplegar la información. Ese interprete sería conocido como 'browser' o navegador.
En 1993 ocurrió algo muy importante: Marc Andreesen produjo la primera versión del navegador Mosaic, que permitió acceder con mayor naturalidad a la WWW. La interfaz gráfica iba más allá de lo previsto y la facilidad con la que podía manejarse el programa abría la Red a los legos. Poco después, Andreesen encabezó la creación del programa Netscape.
A partir de entonces Internet comenzó a crecer más rápido que ningún otro medio de comunicación en la historia de la humanidad. Pero esta afirmación es dudosa: ¿acaso Internet es un medio de comunicación? Esa definición es demasiado simple.

Tierra rara
En 1994 las señales de cambio eran claras. La aparición del navegador Netscape permitía surcar la WWW con más confianza, el surgimiento de los buscadores de información y el despliegue ciberespacial de poderosos medios y empresas, sustentaban la gestación de un nuevo territorio, intenso, extraño, irreal.
Todo sucedió demasiado rápido, si contemplamos los últimos años. Después que se iniciaron las ofertas comerciales de conexión, las redes se convirtieron en escenario natural de las vanguardias en todos los campos. Además, los cuatro nodos del 20 de octubre de 1969 se habían transformado en 2 millones de servidores en 1993, en 16 millones en 1997 y en unos 50 millones en 1999. Cada uno de esos servidores es una compuerta, detrás de la cual hay un número indeterminado de usuarios. A comienzos del año 2000 todo parecía indicar que la población ciberespacial rondaba los 300 millones de personas
En 1995 la NSF abandonó la función de troncal de Internet, que a partir de entonces quedó a cargo de grandes corporaciones. Pero además esa 'backbone' comenzó a dispersarse y a internacionalizarse, dos características que permiten contar con una Red distribuida, menos vulnerable a las desconexiones.
Cinco años después del estallido de la historia ciberespacial, esta dejó de ser lineal, y abarca un abanico de temas casi tan grande como el de la realidad.
En este período los conectados han presenciado el despegue del comercio electrónico, el auge y caída de la primera ola de prosperidad ciberespacial apoyada en las especulaciones de valores, el surgimiento de nuevos modelos de negocios y las fusiones empresariales que evidencian el interés por Internet. Pero el fenómeno va muchísimo más allá de la economía: la información es un producto multimedia capaz de atravesar océanos en segundos o minutos para desplegarse ante nuestros monitores, un hecho que impacta sociedades sometidas a un tráfico de ideas sin precedentes.
El lado blanco y el lado oscuro conviven en los nuevos tiempos. Las cualidades de la Red están balanceadas por los traumas que ocasiona su presencia en nuestra civilización: exceso de información, falta de contacto social, estafas digitales o difusión de la violencia forman parte de un repertorio de preocupaciones provocado por Internet.
Y el peor problema de todos, el de más difícil solución: el poder desigualador de Internet, en un planeta donde la mayoría de la población aún no tiene ni siquiera un teléfono.
Por detrás de todo esto Internet no es sinónimo de una era de iluminaciones, pero sigue teniendo el poder de cambiar los paradigmas de nuestros tiempos.
Si miras hacia el futuro desde el comienzo del siglo XXI con Internet en nuestras vidas, podrás ver una masa confusa: un ciberespacio que deja de ser una moda o un privilegio, vertiginosamente, hasta convertirse en una presencia concreta que ya no puede desenchufarse: una Red de redes que se diluye en la realidad convertida en algo tan habitual como la electricidad: un ciberespacio donde la mayoría de los aparatos conectados no son computadoras sino teléfonos móviles o televisores o electrodomésticos: una dimensión potenciada por nuevas tecnologías que alguna vez formaron parte de nuestros sueños: un espacio donde la confluencia de lenguas y culturas reeditan el caos de Babel.
Y, por supuesto, todo eso irá acompañado por movimientos telúricos sobre nuestra existencia, por abrumadoras luchas de poder.
La historia de Internet, en todo caso, apenas comienza.

 

 
 
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