El árbol
del Neem
Usos y propiedades terapéuticas
La historia de la patente
Usos y propiedades terapéuticas
Las propiedades terapéuticas del Neem son numerosas y se
conocen desde épocas remotas. Mucho antes de que la civilización
occidental descubriera las cualidades analgésicas del árbol
del sauce, del que proviene la aspirina, los fitoterapeutas de la
India antigua ya habían documentado, en las escrituras sánscritas
más tempranas, las aplicaciones del Neem.
La literatura ayurvédica está repleta de referencias
a la eficacia del Neem en el tratamiento de incontables dolencias.
El "Report of indigenous drugs" de Madras y la Materia
Médica Ayurvédica y Unani atribuye al Neem propiedades
para curar, entre otras patologías, la lepra, la malaria,
diabetes, úlcera, hiperglucemia, eczemas y otras enfermedades
de la piel.
En el "Yoga de hierbas", Vasant y David Frawley afirman,
"el Neem es uno de los purificadores de la sangre y de los
desintoxicadores de mayor alcance en medicina ayurvédica.
Reduce la fiebre y elimina las toxinas implicadas en la mayoría
de las enfermedades inflamatorias de la piel". Más adelante,
describen las propiedades del Neem como antipirético, antiparásitos,
antiséptico, y tónico amargo (regula el organismo).
Por su parte, Michael Tierra, en su obra herbaria agrega las características
de astringente y antiinflamatorio a la descripción anterior.
Y señala: "el extracto de las hojas y de la corteza
tiene poder bactericida de gran alcance y actividad antiviral. También
se toma internamente para eliminar parásitos intestinales".
En un artículo del Corriere / Scienza se afirma que "es
casi un misterio las dotes potenciales bactericidas y antivirales
de algunos extractos de hojas y de la semilla del Neem; desde hace
poco se ha comenzado a indagar también sobre la peculiaridad
de componentes derivados de sus frutos: algunas de las características
específicas antiinflamatorias similares a la aspirina y a
otras capaces de proteger contra la úlcera y los eczemas,
se perfila una evidencia directa: que el aceite del Neem, obtenido
de la extracción mediante prensado de la semilla, es un fuerte
espermicida natural. En particular el extracto de Neem tiene un
increíble poder bactericida y fungicida".
El árbol del Neem es para los chamanes de los países
de Sudeste Asiático "la farmacia ambulante de la aldea".
Para uso interno, el extracto de Neem está indicado contra
la úlcera gastroduodenal, hiperglucemia, parásitos
intestinales, flemones y puede resultar de gran ayuda para disolver
las tumoraciones. Para uso externo, el extracto de Neem se aplica
sobre el cuerpo para todas las infecciones pruriginosas, hongos,
eczemas, psoriasis, urticaria, etc.
La corteza del Neem es fresca, amarga, astringente, acre y refrigerante.
Es útil para las enfermedades buco dentales, la tos, fiebre,
pérdida de apetito, fatiga y parásitos intestinales.
Cura las heridas y también se utiliza para provocar el vómito,
en enfermedades de la piel y para la sed excesiva.
Las hojas, según el Ayurveda, ayudan en el tratamiento de
los desórdenes del "vatik" (dolores neuromusculares).
También están indicadas para eliminar toxinas, purificar
la sangre y prevenir el daño causado por los radicales libres
en el cuerpo, neutralizándolos. Se usan además para
tratar la mordedura de serpientes y las picaduras de insectos.
Las frutas son amargas, purgantes, antihemorrodides. Las flores
se utilizan para regular el calor del cuerpo. Son astringentes y
expectorantes.
El Neem se distingue por su concentración en polisacáridos.
Refuerza el sistema inmunológico. Reforzando la contestación
inmunológica, la mayor parte de las veces se pueden eliminar
patógenos antes de que causen enfermedad o el sentimiento
asociado de la enfermedad.
Neem, la farmacia del pueblo
La eficacia del uso terapéutico del Neem está cada
día más contrastada. En una clínica de Kenia,
donde el Neem forma parte de su farmacopea más habitual,
se han logrado resultados sorprendentes. En ese país africano
hay muy pocos hospitales y el acceso a las medicinas occidentales
está muy limitado. Sin embargo existen buenos médicos
y facultativos que utilizan todos los medios a su alcance para ayudar
a la gente en su lucha contra las graves enfermedades que padecen.
Kenia y el resto de los países africanos tienen una larga
tradición en el uso de plantas medicinales autóctonas.
Allí, el Neem fue introducido hace más de cien años
por los inmigrantes procedentes de la India.
En la clínica de Wamirithu, tras una experiencia de poco
más de un año utilizando el Neem con fines terapéuticos,
el director dijo haber logrado resultados sorprendentes:
Las úlceras se curaron en un 80%. A los pacientes se les
suministró 5 gramos de extracto de hojas del Neem tres veces
al día hervidos durante 20 minutos en 3 litros de agua.
Los casos de gota se resolvieron satisfactoriamente en el plazo
de una semana suministrando a los pacientes la misma infusión
tres veces diarias.
Los diabéticos mejoraron y en algunos casos se curaron bebiendo
la misma infusión pero con 10 gramos de extracto cada vez.
Los enfermos de pulmonía se curaron en el plazo de tres semanas
con infusiones de 2 gramos cada toma.
Las bronquitis desaparecieron en tres días con infusiones
de 2 gramos.
Los enfermos de malaria se curaron totalmente antes de una semana,
incluyendo los casos más persistentes, con infusiones de
30 gramos.
Esteban Cabal
La patente
La historia del neem, la justificación de la patente
Durante siglos, el mundo occidental ignoró el árbol
de Neem y sus propiedades: las prácticas de los campesinos
y médicos indios no eran consideradas dignas de atención
por la mayoría de colonialistas británicos, franceses
y portugueses. Pese a ello, durante los últimos años,
la creciente oposición a los productos químicos en
Occidente y, en particular, a los plaguicidas, ha hecho crecer un
gran entusiasmo por las propiedades farmacéuticas del Neem.
El año 1971, el importador de madera nort eamericano Robert
Larson observó la utilidad del árbol en la India y
empezó a importar semillas de Neem a la oficina central de
la compañía, en Wisconsin. Durante la década
siguiente, llevó a cabo pruebas de rendimiento y riesgos
del extracto plaguicida del Neem denominado Margosan-O y el año
1985 recibió la autorización del Organismo para la
Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA).
Tres años más tarde, vendió la patente del
producto a una compañía química internacional:
W. R. Grace and Co.
Desde 1985 más de doce empresas de los Estados Unidos y
de Japón patentaron en los Estados Unidos fórmulas
de soluciones y emulsiones fundamentadas en el Neem e incluso una
pasta de dientes de Neem. W. R. Grace es titular de, como mínimo,
cuatro de las patentes, tres pertenecen a otra compañía
norteamericana -Native Plant Institute- y dos a la compañía
japonesa Terumo.
Una vez conseguidas las patentes y con la perspectiva de una licencia
de la EPA, Grace empezó a preparar la comercialización
y preparación en la India. Después de algunas dificultades
para encontrar un socio, acordó una joint venture con una
empresa denominada P J Margo Pvt. Ltd.
La justificación de W R Grace para las patentes gira en
torno a la afirmación de que los procesos modernizados de
extracción constituyen una auténtica innovación:
"Pese a que el conocimiento tradicional inspiró la
búsqueda y el desarrollo que llevaron a las actuales composiciones
y procesos, fueron considerados pro nuevos y diferentes del producto
original de la naturaleza y el método tradicional del uso
como para ser patentables."
"El azadirachtin, que es destruido durante el procesamiento
convencional del aceite y pasta de Neem, se está extrayendo
además en formato de extracto de Neem soluble en agua y,
por tanto, es un agregado, más que un sucedáneo de
la actual industria del Neem de la India".
En resumen, los procesos son supuestamente nuevos y representan
un avance con relación a las técnicas indias. Sin
embargo, esta novedad existe principalmente en el contexto de la
ignorancia de Occidente. Durante 2000 años, en los que se
utilizaron en la india bioplaguicidas y medicamentos fundamentados
en el Neem, se desarrollaron muchos procesos complejos para hacerlos
disponibles para usos específicos, pese a que los ingredientes
no fueron latinizados con nombres científicos.
El conocimiento y el uso común del Neem fue una de las razones
primarias por las que la Oficina Central de la India no registró
productos del Neem conforme a la Ley de Insecticidas de 1968. La
oficina argumentaba que los materiales del neem habían sido
utilizados extensivamente en la India con diversos objetivos desde
tiempos inmemoriales, sin ningún efecto nocivo conocido.
La afirmación de que el azadirachtin estaba siendo destruido
durante el procesamiento tradicional es errónea. Los extractos
eran objeto de degradación, pero esto no representaba ningún
problema, ya que los agricultores ponen esos extractos en uso cuando
los necesitan y en la forma que los necesitan. El problema de la
estabilización surgió sólo cuando fue necesario
su embotellamiento para mucho tiempo y poder así ser comercializado.
Además, la estabilización y otros avances atribuibles
a la tecnología de modernos laboratorios, habían sido
desarrollados ya por científicos en los decenios de 1960
y 1970, mucho antes de que las compañías de los Estados
Unidos y Japón se interesasen por ellos. El Dr. R P Singh
del Indian Agricultural Research Institute afirma: "El Margosan-O
es un simple extracto etanólico del centro de la semilla
de Neem. A finales de los años sesenta descubrimos la potencia
no sólo del extracto etanólico si no también
de otros extractos de Neem... Trabajos realizados sobre el Neem
como plaguicida tuvieron lugar en esta división en el año
1962. También se habían desarrollado técnicas
de extracción. El polvo rico en azadirachtin fue desarrollado
por mí mismo."
El rechazo de los científicos indios a patentar sus inventos,
dejando así su trabajo vulnerable a la piratería puede
provenir en parte de un reconocimiento de que la mayor parte del
trabajo había sido realizado por generaciones de experimentadores
anónimos. Esta deuda todavía ha de ser reconocida
por los que patentan en los Estados Unidos y sus apologistas. El
informe del CRS afirma que "el método de distribuir
las semillas de Neem en la tierra como plaguicida no sería
un proceso patentable, porque estos procesos serían considerados
obvios", declaración que revela o un lamentable juicio
erróneo o un rechazo racista del conocimiento indígena.
El descubrimiento de las propiedades plaguicidas del Neem y de
cómo procesarlo no fue nada "obvio", sino que fue
desarrollado mediante la evolución sistemática del
conocimiento de culturas no occidentales. En comparación
con este salto no obvio del conocimiento, los subsiguientes derivados
menores son los "obvios".
La situación actual
En junio de 1995, el Research Foundation for Science, Technology
and Natural Resource Policy, de Nova Delhi; Los Verdes en el Parlamento
Europeo y la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura
Biológica (IFOAM) presentaron una demanda contra la concesión
de esta patente.
Esta demanda, apoyada por numerosas ONG y 500.000 firmas de campesinos
indios consiguió que, después de un duro combate judicial,
en mayo del año 2001 se eliminase la patente del Neem. Un
caso paradigmático de la biopiratería.
|