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             El Laberinto de 
              El Faiyum 
            En El Faiyun, sobre el Nilo, se levantan las ruinas 
              de un antiguo laberinto construido por Amenemes III de la XII Dinastía en 1830 a.C. 
              al sur de la piramide que lleva su nombre. 
              
              Reproducción de Athanasius Kircher 
              del laberinto egipcio 
             Herodoto y Estrabón, los dos exploradores 
              de la antigüedad, vieron en mejor estado de conservación 
              que nosotros los restos de este edificio, del que hablaron en sus 
              crónicas. Ocupaba una superficie de 60.000 metros cuadrados 
              y tenía una estructura insólita, formada por una serie 
              de locales independientes, distribuidos en tres o cuatro hileras 
              y unidos entre si por un complejo sistema de corredores. En el centro 
              del laberinto se levantaba al dios Serapis una estatua de tres metros 
              de altura, tallada en una sola pieza. 
            La descritpción que hace Herodoto del Laberinto 
              es la siguiente: "(Unos reyes de Egipto) Decidieron decidieron 
              también dejar en común un monumento conmemorativo 
              suyo, una vez tomada esa decisión, ordenaron la construcción 
              de un laberinto, que se halla algo al sur del lago Meris, aproximadamente 
              a la altura de la ciudad que se llama Cocodrilópolis: (...). 
              Ya las pirámides eran, sin duda, superiores a toda ponderación 
              y cada una de ellas equiparable a muchas y aun grandes obras, pero 
              la verdad es que el laberinto supera, incluso, a las pirámides. 
              Tiene doce patios cubiertos, seis de ellos orientados hacia el norte 
              y los otros seis hacia el sur, todos contiguos, cuyas puertas se 
              abren unas frente a otras, y rodeados por un mismo muro exterior.Dentro 
              hay una doble serie de estancias -unas subterráneas y otras 
              en un primer piso sobre las anteriores-, en número de tres 
              mil; mil quinientas en cada nivel. Pues bien, nosotros personalmente 
              pudimos ver y recorrer las estancias del primer piso y de ellas 
              hablamos por nuestras propias observaciones; de las subterráneas, 
              en cambio, tuvimos que informarnos verbalmente, pues los egipcios 
              encargados de ellas no quisieron enseñárnoslas bajo 
              ningún concepto, aduciendo que allí se encontraban 
              las tumbas de los reyes que ordenaron el inicio de las obras y las 
              d elos cocodrilos sagrados. (...) (Las salas de arriba) despertaban 
              un desmedido asombro mientras se pasaba de un patio a las estancias, 
              de las estancias a los pórticos, de los pórticos a 
              otras salas y de las estancias a otros patios. El techo de todas 
              esas construcciones es de piedra, al igual que las paredes; éstas, 
              por su parte, están llenas de figuras esculpidas y cada patio 
              se halla rodeado de columnas de piedra blanca perfectamente ensamblada. 
              Contigua al chaflán en que acaba el laberinto se encuentra 
              una pirámide de cuarenta brazas, en la que aparecen esculpidas 
              figuras de grandes dimensiones; y hasta ella hay un camino subterráneo." 
            Otro historiador que describe el laberinto es 
              Estrabón, muy similarmente a la forma en que lo hace Herodoto. 
              Igualmente nos hacen una descripción del mismo Plinio el 
              Viejo y Diodoro de Sicilia. Plinio el Viejo es el único que 
              hace referencia a los subterráneos del laberinto relatando 
              que eran "oscuras galerías con columnas de piedra, efigies 
              de dioses, estatuas de reyes y todo tipo de repugnantes efigies". 
            Esta construcción, en egipcio se denominaba ‘Lapi 
              ro hunt’, que significa ‘Templo a la entrada del lago’, 
              de aquí proviene una teoría sobre el origen del nombre 
              griego de ‘labyrinthos’.  
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