La Kaaba en la Meca - Es la hora del crepúsculo en la ciudad de Bagdad...
por Bibiana Bonmatí
11-06-2003
Es la hora del crepúsculo en la ciudad de Bagdad. El moecín sube al minarete y grita “Allaahu Akbar...” (“Alá es el más grande...”). Es el adhán, la llamada al Salat Maghrib. Los musulmanes de la ciudad dejan sus tareas y se dirigen a la mezquita. Mirando al mihrab, rezan la primera oración del día. Aunque este acto no parezca tener nada que ver con la astronomía o la ciencia, si nos remontamos en el tiempo vemos que está estrechamente relacionado.
La historia se inicia en el año 632 d.C., con la muerte del Profeta Muhammad (Mahoma). Éste fue el principio del islamismo, que unió a la mayoría de los pueblos árabes en una sola fe. Los ritos de esta nueva religión requieren conocimientos astronómicos y matemáticos complejos. Las oraciones se realizan a ciertas horas, que vienen determinadas por el camino del Sol a lo largo del día, y el orador debe orientarse a la Kaaba, que es la mezquita sagrada de la ciudad de la Meca.
Esta religión se extendió por la India, Asia Central y África hasta llegar a Europa. Por tanto, necesitaba establecer la dirección a la Meca en cada una de las ciudades. Para encontrar esta dirección sagrada se debían determinar latitudes y longitudes de cada lugar sin olvidarnos de ¡que la Tierra es redonda! El problema, pues, era básicamente matemático y de astronomía esférica.
En cada mezquita, una persona -el muecín-, se encarga de controlar las horas y hacer la llamada a la oración. En el Islam se realizan cinco Salats (oraciones) al día. La determinación de las horas depende de la posición del Sol en el cielo. Con el ocaso empieza un nuevo día. En es el momento de la primera oración, llamada Salat Maghrib. La segunda, Salat Isha, coincide con la caída de la noche. La tercera, Salat al Fajr, es al amanecer. La cuarta coincide con el momento en que el Sol cruza el meridiano, y se conoce como Salat Duhr. La quinta y última del día, Salat Asr, se realiza, en algunos lugares, cuando el tamaño de la sombra de un objeto es el doble del tamaño verdadero.
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Interior de la Kaaba |
La Kaaba representa la primera casa de la humanidad. Se dice que su origen se remonta a Adán, a la creación del ser humano. Posteriormente, Noé la salvó del diluvio y Abraham la reconstruyó. Con anterioridad, los primeros árabes islámicos al rezar miraban en dirección Al-Quds (Jerusalén), y fue con el Corán cuando se estableció finalmente la Kaaba como nuevo lugar hacia el que rezar.
La Kaaba se describe como el motor inmóvil de una “galaxia humana” que gravita alrededor de ella desde hace miles de años, día y noche. Esta comparación se debe a que la Meca es la ciudad a donde suele hacerse el peregrinaje que han de realizar los musulmanes al menos una vez en la vida. Al llegar a la Kaaba, los fieles dan vueltas alrededor formando una “galaxia humana”. Es la casa alrededor de la cual giran los peregrinos como giran los planetas alrededor del Sol. Los fieles se mueven en sentido contrario al de las agujas del reloj: como si se remontaran al pasado, al tiempo de los profetas. Además, debido a la gran expansión que tuvo el Islam, siempre en algún punto del mundo había alguna persona mirando a la Kaaba para la oración.
El diseño de la Kaaba, anterior a la llegada del Islam, también sigue criterios astronómicos. Las paredes y esquinas están dirigidos al orto y ocaso del Sol y a ciertas estrellas fijas. La base de la Kaaba, que es rectangular, tiene su eje mayor apuntando a la estrella Canopus (estrella alfa de la constelación de la Quilla), y el eje menor a la salida del Sol de verano y al ocaso de invierno. Estas orientaciones estaban asociadas a fenómenos meteorológicos, como los vientos y las lluvias.
En cualquier caso, la cuestión importante era la determinación de la Quibla: dirección desde cualquier lugar del mundo hacia la Kaaba. Así pues, el problema básico era determinar la latitud del lugar, la de la Meca, y la diferencia longitudinal.
En el año 1000, Ibn-shuqara, un estudiante de religión de Yemen, inventó tres esquemas sobre la sagrada geografía con el mundo dividido en 8, 11, y 12 sectores alrededor de la Kaaba. En 1200, las versiones más simples de su esquema de los 12 sectores aparecen en los trabajos geográficos populares de Yaqut al-Rumi. Cincuenta años más tarde, Al-qaswini contribuyó a estos estudios y, en 1400, Al-qalqashandi realizó una enciclopedia sobre este tema. Del siglo XV al siglo XIX, proliferaron distintos esquemas de entre 8 y 72 divisiones del mundo alrededor de la Kaaba.
Poco a poco se fue afinando el cálculo de la Quibla para cada grado de latitud y diferencia de longitud desde La Meca, basadas en aproximaciones y en fórmulas exactas. Numerosos científicos musulmanes discutieron el problema presentando diversas soluciones. Mediante trigonometría esférica, redujeron problemas de tres dimensiones a dos, resolviéndolos por geometría o trigonometría plana. También, formularon soluciones utilizando instrumentos de cálculo, una de las más finas de la matemática medieval fue realizada en Damasco en el siglo XIV por Al-halili.
Para que los fieles supieran cuál era la Quibla se construía dentro de la mezquita el Mihrab, una hornacina generalmente con una ornamentación especial, distinguible de la del resto de la mezquita, hacia donde se orientaban los fieles. En algunos casos ocurría que en una mezquita, a medida que la determinación de la Quibla iba mejorando se construía más de un Mihrab.
En definitiva, las mezquitas no son solamente patrimonio de la religión y del arte ya que encierran bajo sus paredes un poquito de ciencia.
* Agradecimiento a Aahd Hagar por la conferencia Astronomía medieval islámica, impartida en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
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