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ANTROPOLOGÍA E HISTORIA > EL LINGAM DE SHIVA

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El Lingam de Shiva

El lingam de Shiva ha sido colocado en el centro del santuario más interior de cada templo de Shiva desde hace más de dos mil años.


En las divisiones que componen el Lingam están presentes las divinidades de la Trimurti hindú. Brahma está representado en la parte insertada en la tierra. Vishnu en la porción media, cubierta por el pedestal. Shiva es la parte emergente y visible.

El lingam ha sido adorado como piedra vertical, crecida por sí misma del suelo (sváyambhuva, autoexistente), y supremamente sagrada. O es un guijarro portátil cuya forma ha sido pulida por las aguas de un río. O una forma realizada por la mano del hombre en arcilla, madera, piedra, piedra preciosa o metal. El lingam puede estar hecho de cualquier material. Puede verse y adorarse en cualquier parte: «Incluso la luminosa mancha circular que proyecta el sol sobre un espejo, y que, por su semejanza con la forma de lingam, es considerado el emblema fálico de los rayos solares» (Agni Purana 54.6). Se ata un lingam al cuerpo de un niño recién nacido en las familias Virashaiva o Lingayat, y todo Lingayat lleva durante toda su vida un lingam guardado en una funda de plata que se cuelga alrededor del cuello; este lingam representa el atman de la persona que lo lleva, que no es diferente de la divinidad, Shiva. De forma menos ostensible, el lingam está fijado en el corazón de los yoguis, y en el sur de India se coloca un lingam encima del lugar de entierro de un sannyasin.

Representa la retención seminal y a Shiva como control completo de los sentidos y suprema renuncia carnal. El yogui no niega el sexo, sino que transforma el impulso sexual y lo aparta de la procreación y el placer hacía la sabiduría intuida, hacia la libertad y la beatitud. El dios asceta, cuya simiente se eleva, cuyo lingam se eleva, es uno con el dios, aunque esté en el polo opuesto, que el portador de las semillas. Uno crea el mundo de placer y dolor, el otro libera de ellos. Su polaridad no es la de eros y tánatos, la del amor y la muerte, sino la del deseo (kama) y la liberación (moksa). Entre estos dos polos Shiva despliega la senda del yoga, de la que él es el Señor.

Su instalación es un acto particularmente auspicioso y se sitúan de forma preferente en lugares aislados de las montañas, además de en los tempos o en propio hogar. El ritual o yagña suele realizarse derramando sobre ellos leche, ghee, agua, frutas, dulces y frutas. Se colocan encima de un recipiente llamado jalandharî, lleno de agua y con un agujero en su parte inferior, para dar salida a los líquidos. Tiene el valor simbólico de pacificar la naturaleza ardiente del lingam.

Es frecuente encontrar en la base del mismo una serpiente enroscada, representación de Kundalini. También es muy frecuente que el lingam se encuentre insertado en el yoni, como símbolo de la energía dinámica y creadora femenina, el complemento del Absoluto estático. También sirve como representación de la unión creadora que genera y sostiene la vida del Universo. Realiza la doble función de sustentarlo y recoger los líquidos empleados durante las ofrendas. También suele estar tallado en piedra o elaborado en metal.

El lingam de Shiva tiene tres significados:
   lingam como signo,
   lingam como falo, y
   lingam como substancia cósmica (prakriti o pradhana).

El significado original de la palabra es signo, una marca que prueba la existencia de una cosa. Aparece por primera vez en este sentido dentro de la tradición sagrada en el Svetásvatara Upanisad. La forma de pilar se asemeja a la del lingam, el falo erecto. Shiva está presente en el lingam, el falo. El falo es su símbolo. Contiene la semilla, el bindu original. Así como no se puede ver la semilla mientras está en el falo, así Shiva está invisiblemente presente en el limgam. Es la forma en la que él mora invisible, en la que actúa y a través de la que actúa. Como prakriti es el cuerpo sutil (linga sharira) de Shiva, que es la realidad absoluta, el Purusha imperecedero, ontológicamente anterior a todo lo perceptible. De esta sustancia imperceptible proceden todas las cosas y a ella retornaran.

El significado del lingam como cuerpo sutil de Shiva, es el de mayor importancia en la tradición sagrada, aunque el significado fálico continúa siendo importante. Esto se expresa de forma clara en el Shiva Purana, en la afirmación como niskala o sakala referente a Shiva. El término niskala, a pesar de su ambigüedad, clarifica la relación del pilar, una forma visual y simbólica, con el término conceptual lingam en su significado tanto metafísico como fálico. Niskala significa literalmente «no partido», «sin partes», y, de esta manera, sin partes definibles, sin definición y más allá de ella. En este último sentido su significado comprende tanto el cuerpo sutil (linga sharira, prakriti), como lo absoluto no manifestado (a-lingam). Además, en la iconografía hindú, el término niskala significa anicónico en contraste con sakala, esto es, con partes diferenciables. La imagen antropomórfica de la deidad se denomina sakala, mientras que la parte anicónica es niskala.

Las formas icónicas de otros dioses otorgan alegría, pero las formas icónicas y anicónicas de Shiva otrogan alegría y liberación. El Shiva Purana explica que Shiva es niskala, pues es la realidad suprema (Brahman). Por eso, el niskala lingam se utiliza en su culto solamente en el santuario interior. Sin embargo, también tiene una imagen, sus iconos sakala son de muchos tipos. En el culto de todos los demás dioses se utiliza la forma icónica (sakala). Literalmente niskala y sakala significan, respectivamente «sin partes» y «con partes».

Shiva, la realidad última, está más allá de toda forma, es sin límites e incognoscible por cualquier medio o prueba. Al final de la destrucción de un eón, sin embargo, Shiva quiere que su poder transcendental (ParaShakti) se desarrolle desde él, lo que no es sino una milésima parte de sí mismo. De una milésima parte de ese poder transcendental emerge AdiShakti, el poder primordial; igualmente y en sucesión, se desarrollan los tres poderes de IcchaShakti (desear), JñanaShakti (conocer) y KriyaShakti (actuar). De una décima parte de ParaShakti, el poder transcendental, procede la quididad o principio de ShadaShiva, el Shiva eterno: «Existe en todas partes como una sutil luz divina, como el relámpago, e inpregna el espacio en el universo» [Suprabhedagama]

 

 
 
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