Pablo Amaringo
El séptimo de trece hijos, nació
en 1943 en Puerto Libertad, un poblado pequeño cerca
de Tamanco en Perú. Sus padres eran modestos granjeros.
Si bien la lengua materna de los padres era el quechua, éstos
hicieron que sus hijos hablaran castellano. Muchos de los
antepasados de Pablo eran sanadores y chamanes. Pablo sólo
había completado dos años de escuela cuando
su padre abandonó a la familia. Así pues, la
familia de Pablo perdió la granja y se mudó
a Pucallpa. Después de dos años más de
escuela, Pablo fue obligado a trabajar para ayudar a mantener
a su familia. Cuando tenía 15 años trabajó
en los muelles de Pucallpa. Después de caer gravemente
enfermo, y con su familia padeciendo extrema pobreza, empezó
a dibujar. Así descubrió que podía crear
cheques usando pinceles y tinta china. Arrestado por falsificación,
escapó de la cárcel y fugó a Brasil,
donde trabajó por casi dos años. Regresó
a la selva peruana, y allí fue curado de sus problemas
de corazón por un ayahuasquero, o chaman que cura con
medicinas vegetales.
Arrestado de nuevo por su crimen anterior, pasó varios
meses en la cárcel, hasta ser liberado en 1969. Poco
después, Pablo fue instruido en los misterios de la
sanación por una mujer del bosque que apareció
en sus sueños. Pablo practicó el vegetalismo
desde 1970 hasta 1976, viajando a través del Amazonas
peruano. Cayendo más y más hondo en poder de
la ayahuasca–un brebaje de hierbas ampliamente utilizado
en el ambiente chamán entre la población indígena
y mestiza del Amazonas superior—empezó a ser
torturado por el mundo de los espíritus. Después
de pelear y resultar herido por hechiceros y espíritus,
Pablo decidió abandonar las prácticas chamánicas
y dejar la ayahuasca. Empezó a pintar, interpretando
los otros mundos de su experiencia personal a través
de su arte, y trabajando por la preservación del medioambiente
y la cultura amazónicas.
En 1988, Pablo fundó la escuela Usko-Ayar,
donde enseña a sus estudiantes a visualizar internamente
lo que van a pintar, del mismo modo que él lo hace.
"El propósito de la escuela es bien definido:
es una herramienta para la conservación del medioambiente
y la cultura amazónicas. Observando y pintando la naturaleza,
las personas –especialmente los niños jóvenes—se
vuelven más conscientes de su belleza y de su riqueza,
y aprenden a respetarla. Además, los estudiantes tienen
la esperanza de que sus pinturas inspiren a otras personas
a compartir actitudes similares de apreciación y reverencia."*
Pablo siente que tiene una misión: mostrar a través
de sus propias pinturas visiones de otras dimensiones.
El lenguaje, dice, es un medio de comunicación imperfecto.
Los espíritus no hablan, pero se expresan a través
de las imágenes.
En 1992, Pablo fue galardonado con el prestigioso premio instituido
por el Programa para el Medioambiente de las Naciones Unidas
(Global 500 Peace Prize) uniéndose así a Jacques
Cousteau, Chico Mendez y Jimmy Carter, entre muchos otros,
como un verdadero héroe del movimiento medioambientalista.
Puedes leer más acerca de la introducción y
la educación gradual de Pablo en el camino de los chamanes
en el libro Visiones de Ayahuasca (original en inglés:
Ayahuasca Visions - The Religious Iconography of a Peruvian
Shaman, por Luis Eduardo Luna - ©1991, 1993, North Atlantic
Books, Berkeley, CA, auspiciado por The Society for the Study
of Native Arts and Sciences (Sociedad para el Estudio de las
Artes y Ciencias Nativas), del cual se ha extraído
el resumen de esta biografía. La fotografía
superior de Pablo tiene un "Copyright" propiedad
del Dr Luna. Las imágenes y reproducciones no autorizadas
de este texto están prohibidas.
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