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El engaño
del evolucionismo
por Harun Yahya
LOS REGISTROS FOSILES REFUTAN LA EVOLUCION
Los eslabones que jamás se encontrarán
De acuerdo con la teoría de la evolución, todas las
especies vivientes se han originado a partir de un predecesor. Cierta
especie existente se volvía otra con el tiempo y todas pasaron
a existir de esa manera. Según la teoría, esta transformación
ocurre gradualmente en el transcurso de millones de años.
Si eso fuese así, entonces en ese prolongado período
de transformación deberían haber vivido numerosas especies
intermedias.
Por ejemplo, en el pasado tendrían que haber vivido algunas
criaturas que adquirieron determinados rasgos de reptil, que se
sumaron a los que tenían de pez, con lo que se volvieron
semipez y semirreptil. O pájaros que adquirieron rasgos de
reptil habrían existido bajo la forma de pájaros-reptiles.
Los evolucionistas creen que estas criaturas imaginarias han existido
en el pasado y las llaman "formas transitorias".
Si esos animales hubieran existido realmente, habrían sido
millones e incluso billones en número y variedad. Y lo que
es más importante, los restos de esas criaturas deberían
aparecer en los registros fósiles. Deberían haber
sido más numerosos que las especies actuales y sus restos
deberían encontrarse en todo el mundo. Explicaba Darwin en
"El Origen de las Especies": "Si mi teoría
es correcta, innumerables variedades intermedias, que vincularían
más ajustadamente todas las especies del mismo grupo, deben
haber existido con seguridad… En consecuencia, evidencias
de su anterior existencia podrían encontrarse solamente entre
los restos fósiles"(19).
Un milagro de la Creación que desconcierta
a los evolucionistas
LOS OJOS DEL TRIBOLTIE
Los
trilobites, que aparecieron en el Período Cámbrico
de improviso, tienen una estructura ocular extremadamente
compleja. Ese ojo que consiste de millones de pequeñas
partículas alveoladas y un sistema de lente doble,
tiene "un diseño óptimo. Desarrollarlo
hoy día requeriría un ingeniero óptico
imaginativo y preparado", en palabras de David Raup,
profesor de geología.
Este ojo emergió hace 530 millones de años
en un estado de funcionamiento perfecto. Sin lugar a
dudas, la repentina aparición de un diseño
tan maravilloso no se puede explicar por medio de la
evolución, lo cual prueba la realidad de la creación.
Además, la estructura de ojo alveolada de los
trilobites ha sobrevivido hasta nuestros días
sin una sola modificación. Algunos insectos como
las abejas y las moscas dragón tienen la misma
estructura ocular del trilobite. Esta situación
desaprueba la tesis evolucionista que plantea que lo
viviente ha evolucionado progresivamente desde lo primitivo
a lo complejo.
Fuente: R. L. Gregory, "Eye and Brain: The Psychology
of Seeing", Oxford University Press, 1994, p. 31. |
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Incluso Darwin era consciente de la ausencia de esas formas transitorias.
Tenía la esperanza de que fuesen encontradas en el futuro.
A pesar de su desánimo, se dió cuenta que el obstáculo
más grande en su teoría era la ausencia de formas
transitorias. Por lo tanto en "El Origen de las Especies"
escribió el capítulo "Dificultades de la Teoría":
"¿Por qué si las especies han descendido de otras
por medio de claras graduaciones no encontramos por todas partes
innumerables formas transitorias? ¿Por qué no se presenta
toda la naturaleza desordenada, contrariamente a lo que sucede con
las especies existentes, a las que podemos ver bien definidas? Pero,
como según esta teoría deben haber existido innumerables
formas transitorias, ¿por qué no las encontramos enclavadas
en cantidad innumerable en la corteza terrestre?… Pero en
la región intermedia, con condiciones de vida intermedia,
¿por qué no encontramos ahora variedades intermedias
estrechamente vinculadas? Esta dificultad me ha confundido totalmente
durante un largo tiempo"(20).
La única explicación que podía presentar Darwin
para oponerse a esa objeción era argumentar que los registros
fósiles descubiertos hasta el momento eran inadecuados. Afirmó
que cuando se los hayan estudiado pormenorizadamente se encontrarán
los eslabones perdidos.
Los evolucionistas que creyeron en la profecía de Darwin
han estado buscando fósiles y haciendo excavaciones al efecto
en todo el mundo desde mediados del siglo XIX.
A pesar de haberse realizado los mayores esfuerzos, aún
no se descubrió ninguna forma transitoria. Todos los fósiles
desenterrados en las excavaciones mostraron que contrariamente a
la creencia de los evolucionistas, la vida apareció sobre
la Tierra repentina y totalmente formada. Los evolucionistas, al
intentar probar su teoría, la han hecho colapsar involuntariamente.
Un conocido paleontólogo británico, Derek V. Ager,
admite lo anterior, aunque es evolucionista: "Lo que se presenta,
si analizamos pormenorizadamente los registros fósiles, ya
sea a nivel de órdenes o especies, es que lo que encontramos
una y otra vez no es una evolución gradual sino la repentina
explosión o aparición de un grupo a expensa de otro"(21).
Otro paleontólogo evolucionista, Mark Czarnecki, comenta
lo siguiente: " Los registros fósiles, las huellas de
las especies desaparecidas preservadas en las formaciones geológicas
de la Tierra, han sido un gran problema para la demostración
de la teoría. Dichos registros nunca han revelado rastros
de las hipotéticas variantes intermedias de Darwin. Por el
contrario, las especies aparecen y desaparecen abruptamente, y esta
anomalía ha alentado los argumentos creacionistas de que
cada especie fue creada por Dios"(22).
También se han ocupado de la futilidad de que en el futuro
aparezcan las formas transitorias "perdidas", como lo
explica un profesor de paleontología de la Universidad de
Glasgow, T. Neville George: "No hay ninguna necesidad de disculparse
por más tiempo de la pobreza de los registros fósiles.
En cierta manera se han vuelto casi inmanejables por lo cuantiosos
y los descubrimientos están poniendo fuera de lugar la integración…
Sin embargo los registros fósiles continúan componiéndose
principalmente de vacíos"(23).
LA VIDA EMERGIO SOBRE LA TIERRA REPENTINAMENTE Y CON FORMAS
COMPLEJAS
Fósiles vivientes
Existen
ejemplos de fósiles cuya edad se calcula en millones
de años y que no tienen ninguna diferencia con
sus "descendientes" actuales. Esos restos
son claras evidencias que no pasaron a existir como
resultado de la evolución sino por medio de la
creación especial. Así nos encontramos
con el tiburón que tiene 400 millones de años,
con la langosta que tiene 40 millones de años,
con la hormiga que tiene 100 millones de años
y con la cucaracha que tiene 320 millones de años. |
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Cuando se examinan los estratos terrestres y los registros fósiles,
tiene que verse que todos los organismos vivos aparecieron simultáneamente.
El estrato terrestre de mayor antigüedad donde se encontraron
fósiles de criaturas de otra época es el Cámbrico,
con una edad estimada en 500-550 millones de años.
Según los registros fósiles las criaturas encontradas
en los estratos de ese período se presentaron todas repentinamente,
es decir, sin ancestros que les hayan antecedido. Los fósiles
encontrados en las rocas cámbricas pertenecen a caracoles,
trilobites, esponjas, lombrices, medusas, erizos de mar y otros
vertebrados complejos. Este amplio mosaico de organismos vivos integra
un gran número de criaturas complejas que, al aparecer tan
repentinamente como un verdadero suceso milagroso, se le dio el
nombre de "Explosión Cámbrica" en la literatura
geológica.
La mayoría de las formas de vida encontradas en estos estratos
tiene sistemas complejos, como ser, ojos, branquias, sistema circulatorio
y estructuras fisiológicas avanzadas en nada diferentes a
sus equivalentes actuales. Por ejemplo, la estructura combada del
ojo con lente doble de los trilobites, es un diseño maravilloso.
David Raup, profesor de geología en la Universidades de Harvard,
Rochester y Chicago, dice: "los trilobites se valían
de un diseño óptimo. Desarrollarlo hoy día
requeriría un ingeniero óptico imaginativo y preparado"(24).
Esos invertebrados complejos aparecieron repentinamente en su forma
acabada, sin ningún vínculo o forma transitoria entre
ellos y los organismos unicelulares, únicas formas de vida
en la Tierra antes de los que nos estamos ocupando.
Richard Monastersky, editor de "Earth Sciencies", una
de las publicaciones más populares en la literatura evolucionista,
dice lo siguiente acerca de la "Explosión Cámbrica",
la cual se les presentó como una completa sorpresa: "Desde
entonces los investigadores han descubierto miles de fósiles
exquisitamente preservados, los cuales ofrecen una ojeada hacia
atrás para (observar) un suceso cardinal en la historia de
la vida. Ese momento, el comienzo del Período Cámbrico
de la Tierra, hace unos 550 millones de años, marca la explosión
evolutiva que llenó los mares con las primeras criaturas
complejas. En un parpadeo del tiempo geológico, un planeta
dominado por animales simples tipo esponjas, dio paso a otro gobernado
por una vasta variedad de bestias sofisticadas, animales cuyos parientes
aún habitan el mundo de hoy"(25).
Cómo la Tierra rebosó con una cantidad tan grande
de especies animales de manera repentina, y cómo aparecieron
todas esas especies distintas sin ningún ancestro común,
es algo que sigue sin respuesta por parte de los evolucionistas.
Richard Dawkins, zoólogo de Oxford y uno de los principales
defensores en el mundo del pensamiento evolucionista, hace un comentario
sobre esta realidad que invalida los fundamentos de los argumentos
que ha estado defendiendo: "Por ejemplo, los estratos de rocas
cámbricas… resultan los más antiguos respecto
a la ubicación (de fósiles) de la mayoría de
los grupos invertebrados grandes, a los que ya encontramos en un
avanzado estado de evolución cuando aparecen por primera
vez. Es como si fueron plantados allí, sin ninguna historia
evolutiva. Ni hace falta decir que esta apariencia de haberse plantado
allí repentinamente ha deleitado a los creacionistas"(26).
Como está forzado a reconocer Dawkins, la Explosión
Cámbrica es unas fuerte evidencia de la Creación,
porque se trata de la única manera existente para explicar
la aparición de la vida en la Tierra totalmente formada.
Douglas Futuyma, biólogo evolucionista prominente, admite
ese hecho y dice: "Los organismos vivos aparecieron sobre la
tierra totalmente desarrollados o no. Si no aparecieron totalmente
desarrollados deben haber evolucionado de especies preexistentes
por medio de algún proceso de modificación. Si aparecieron
en un estado de total desarrollo, en realidad deben de haber sido
creados por alguna inteligencia omnipotente"(27). El propio
Darwin reconoció esa posibilidad cuando escribió:
"Si numerosas especies, pertenecientes a los mismos géneros
o familias, han empezado realmente a vivir todas al mismo tiempo,
sería fatal para la teoría de la descendencia con
lentas modificaciones a través de la selección natural"(28).
El Período Cámbrico es, ni más ni menos, el
"golpe fatal" a Darwin. A eso se debe que el paleontólogo
evolucionista suizo Stefan Bengston reconoce la carencia de eslabones
transitorios al describir el Período Cámbrico y dice:
"Desconcertante (y embarazoso) para Darwin, ese suceso aún
nos trastorna"(29).
Como se puede ver, los registros fósiles indican que lo
viviente no evoluciona de formas primitivas a otras avanzadas, sino
que en realidad todas las criaturas aparecieron repentinamente en
un estado perfecto, acabado. En resumen, los seres vivientes no
pasaron a existir por medio de la evolución sino que fueron
creados.
19 Charles Darwin, The Origin of Species:
A Facsimile of the First Edition, Harvard University Press, 1964,
p. 179.
20 Charles Darwin, The Origin of Species, p. 172, 280.
21 Derek V. Ager, "The Nature of the Fossil Record",
Proceedings of the British Geological Association, vol 87, 1976,
p. 133.
22 Mark Czarnecki, "The Revival of the Creationist Crusade",
MacLean's, January 19, 1981, p. 56.
23 T. Neville George, "Fossils in Evolutionary Perspective",
Science Progress, vol 48, January 1960, pp. 1, 3.
24 David Raup, "Conflicts Between Darwin and Paleontology",
Bulletin, Field Museum of Natural History, Vol 50, Jan. 1979,
p. 24.
25 Richard Monastersky, "Mysteries of the Orient", Discover,
April 1993, p. 40.
26 Richard Dawkins, The Blind Watchmaker, London: W. W. Norton
1986, p. 229.
27 Douglas J. Futuyma, Science on Trial, New York: Pantheon Books,
1983. p. 197.
28 Charles Darwin, The Origin of Species: A Facsimile of the First
Edition, Harvard University Press, 1964, p. 302.
29 Stefan Bengston, Nature, Vol. 345, 1990, p. 765.
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