Biocentrismo
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El biocentrismo (del griego bios, vida; kentron,
"centro") es un término aparecido en los años
1970 para designar a una teoría moral que afirma que todo
ser vivo merece respeto moral.
Asociado en sus orígenes con la deep ecology (ecología
profunda o radical), el biocentrismo pretende reivindicar el valor
primordial de la vida. El biocentrismo es un modo de pensar que
se contrapone al teocentrismo y al antropocentrismo.
Funda su ideario en los conceptos de interacción, la coevolución,
la complejidad de las relaciones entre las especies, la no discriminación,
el trato con los animales, la cultura de lo vivo, la interactividad
de los sexos, la democracia participativa, la agricultura ecológica
y el uso de las energías renovables.
Los ecólogos han descubierto y explicado una variedad de
bienes y servicios que los ecosistemas proporcionan para la vida
humana. A la vez, han mostrado cómo los seres humanos podemos
afectar el funcionamiento de los ecosistemas y la vida de otros
seres vivos Vivimos inmersos en una red de interacciones, y la metáfora
darwiniana de la red de la vida nos invita a vivir con un sentido
de comunidad. Este sentido de comunidad es reforzado por la comprensión
biológica de que los humanos compartimos un origen evolutivo,
y un plan estructural y funcional común con todos los seres
vivos. En términos de Aldo Leopold, este conocimiento nos
provee un sentido de parentesco con todas las especies como "compañeros
de viaje en esta odisea de la evolución", que a su vez
promueve un respeto por la vida en toda sus manifestaciones. La
primera metáfora ha constituido la base de una justificación
antropocéntrica para la protección de la biodiversidad
en términos de su valor para la sobrevivencia y calidad de
vida humana. La segunda metáfora está a la base de
un amor por la biodiversidad en si misma. Bajo una concepción
contemporánea la ecología ha enfatuado que podemos
cultivar un respeto ético no sólo por los individuos,
sino por todos los niveles de organización y sus procesos
ecológicos. Los individuos son vistos como actores interactivos
y efímeros en un continuo flujo de energía que determina
su existencia. Finalmente, enfatizamos que las concepcio-nes científicas
surgen desde y. a su vez, influyen sobre contextos culturales. La
ciencia ecológica se ha desarrollado bajo un paradigma propio
de la Modernidad, el de la "economía de la naturaleza",
que ha contribuido al presente estado de aliena-ción respecto
a la naturaleza. En este contexto, un desafío para los ecólogos
-quienes podrían argumentar en términos antropocéntricos
o biocéntricos para proteger la Biodiversidad- es contribuir
a una transformación cultural que conduzca a una nueva cosmovisión
ecológica, en particular, a una nueva relación con
la naturaleza.
(Abstract de 'Hacia una superación de la dicotomía
biocentrismo - antropocentrismo' de Ricardo Rozzi)
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