ACERCA DEL "ÍCARO" O CANTO
SHAMANICO
por Rosa Giove
En la selva del Perú se denomina "ícaro"
al canto o melodía que utilizan los curanderos durante
los trabajos rituales que realizan. Sin traducción
literal en idioma castellano, quechua u otra lengua de la
zona, su significado en el plano operativo es mucho más
profundo e importante: el canto shamánico es el arma
curativa, la sabiduría y el vehículo de la energía
personal del curandero, el símbolo de su poder.
La acción de "icarar" implica
"cargar"’ con el poder del shamán un
objeto o pócima, confiriéndole alguna propiedad
específica para ser transmitida al receptor, ya sea
limpieza, protección, curación, daño
o para influir sobre su voluntad. Esto se hace cantando el
icaro directamente sobre el objeto o sustancia transmisor.
El objeto será luego remitido al interesado y la sustancia
ingerida en caso de líquidos (pócimas) o el
humo soplado si se trata de tabaco icarado.
El icaro es parte fundamental del quehacer
curanderil de la Amazonia. Resume el conocimiento del shamán,
constituyendo su patrimonio curativo, su arma de trabajo y
la herencia que deja al aprendiz. Siendo vehículo de
su energía, su eficiencia depende en gran medida de
la preparación del curandero mediante dietas, ingestión
de purgas, régimen de vida e integración de
la sabiduría ancestral. Un maestro no transmite a su
aprendiz "técnicas" ni instrucción
formal sino que le acompaña y guía para que
capte el conocimiento que le está predestinado. Como
parte de esta enseñanza va cediendo "sus"
icaros.
Cada shamán es dueño de sus icaros,
como es dueño de su experiencia y sabiduría,
por haberlos recibido a su vez de su maestro o directamente
de la naturaleza. Es común que los curanderos manifiesten
que las cosas que saben, incluidos los icaros, han sido aprendidos
en sueños, en visiones o que les han sido dados por
las plantas. Cuentan que en estos estados de conciencia inducidos
por brebajes de "plantas maestras" han captado la
melodía, sin mediar voluntad ni raciocinio, sintiendo
que se impone por sí misma y muchas veces en idioma
desconocido. En el momento de la curación, generalmente,
surge en igual forma.
Ni las palabras, ni la comprensión del
texto del icaro son imprescindibles, pero sí la melodía
y que el curandero sienta, comparta su espíritu. Si
se compenetra con el icaro sabrá cuándo, cómo
y con quién utilizarlo. Los icaros que utilizan los
shamanes poseen letra muy simple, aludiendo a determinadas
plantas, animales y elementos del paisaje local poseedores
de poder o simbolismo. En la actualidad se encuentra en muchos
icaros sincretismo cristiano y alusiones bíblicas.
La mayor parte de ellos está escrita en castellano,
quechua y otros dialectos según la procedencia de los
maestros más antiguos, aunque algunos son sólo
melodías monocordes y muy repetitivas.
¿Cómo actuan los icaros?
podríamos decir que al igual que los Mandalas en las
tradiciones orientales, lo hacen sobre determinados centros
energéticos, mediante vibración sonora, modulando
así la función orgánica, y que hay un
conocimiento subconsciente que guía al shamán
a elegir el icaro adecuado a cada circunstancia.
Podríamos decir también que el
icaro es un pretexto para que el shamán transmita su
energía. 0 que es el mensaje transmitido en el icaro
el que cura. No hay una respuesta precisa, puede ser una o
todas las razones a la vez. Cualquier explicación enmarcaría
dentro del racionalismo un fenómeno que transciende
lo racional y por lo tanto sería válida sólo
a nivel testimonial y sujeta a experimentación.
Comprometida en un proceso de exploración
personal que me ha llevado a experimentar en vivo algunas
"técnicas" shamánicas, quiero dejar
testimonio del valor del icaro, percibido pese a mi formación
como médico-cirujana.
Trabajar en esta región del Perú
sin tomar en cuenta la riqueza de la Medicina Ancestral es
imposible, pues cada caso, cada paciente, trae información
válida. Es, sin embargo, necesario cambiar la visión
que nos ha dado nuestra cultura y aprender a ver de otra forma
la relación del hombre con la naturaleza, aceptando
que aunque no tengamos una explicación racional hay
una capacidad medicatriz en todas las personas, que en algunas
se manifiesta espontáneamente y que puede ser desarrollada
o "desbloqueada" trabajando sobre el cuerpo: el
curandero utiliza fundamentalmente su cuerpo y su energía
para curar.
Mi primer contacto con el icaro fue ver cómo
las "curiosas" o las abuelas soplaban con humo de
tabaco o perfume "icarado" sobre los centros energéticos
de los niños nerviosos o asustados y también
a aquéllos que tenían cólico de gases,
con resultado favorable inmediato. Posteriormente, supe (y
experimenté) que también funciona con los adultos,
quienes manifiestan una sensación de relajación
y disminución de sintomatología vagal.
He tenido también oportunidad de ver
cómo las madres de dos lactantes con miasis (larva
de mosca dentro de la glándula lacrimal y en piel de
narina, respectivamente) susurraban una tonada monótona
semejante al sonido del insecto adulto para hacer que la larva
se asome al orificio de entrada. En ambos casos funcionó.
En el pueblo de Chazuta conocido por sus shamanes,
el curandero Reninger Guerra Flores es famoso por curar mordedura
de serpientes venenosas: calma el intenso dolor con icaros.
Durante rituales curativos donde se utiliza
brebajes de plantas, los curanderos orientan la curación,
modulan la energía individual y colectiva, y cuidan
la unidad del grupo. Percibido bajo estado modificado de conciencia,
el icaro ayuda a metabolizar las visiones, remueve contenidos
subjetivos en diferentes niveles, nos guía en el trabajo
de autoexploración y al mismo tiempo es la ligazón
con el plano real actual. Aunque no hay una secuencia precisa
para estos icaros, el shamán sabe o percibe cuál
es el adecuado. La fuerza del curandero se ve en la eficacia
de sus icaros, que son captados a nivel físico por
cada miembro del grupo.
Fue durante una sesión de Ayahuasca
(ritual curativo en que se ingiere una pócima psicoactiva
a base de Psychotria viridis, Banisteriopsis caapi y Brugmansia
sp.) en que, bajo los efectos del brebaje, empecé a
comprender el significado interno del icaro. Debo manifestar
que pese a tener efecto psicoactivo con sensación de
ampliación de percepciones y visiones, no se pierde
contacto con la realidad y la función mnésica.
El relato de las visiones tiene importancia
en cuanto a la secuencia y explicación de cada icaro
que he ido recibido. El contenido y los términos expresan
mi bagaje personal y cultural porque se manifiestan y actúan
a través de mí, removiendo energías y
bloqueos personales y formando parte de un proceso evolutivo
que me ha involucrado totalmente. No ha sido un proceso lineal,
ha tomado tiempo y he debido atravesar ciclos temáticos
correspondientes al estímulo de cada centro energético.
No ha habido influencia sólo de Ayahuasca, sino también
de otras plantas depurativas, dietas, ayunos, baños
de plantas, purgas y exacerbación de sueños.
La primera visión (que se repitió
varias veces hasta que me di cuenta que era un icaro) fue
ver una pequeña mujer-planta verde que, saliendo de
la botella que contenía la pócima, me guiaba
en el camino del autodescubrimiento cantando y bailando. La
melodía que cantaba era la forma de invocar la presencia
de la "madre" de la planta: "Madre Ayahuasca".
Esta "madre" de las plantas, como lo refieren los
curanderos, es equivalente al alma o espíritu del ser
humano.
He demorado mucho en atreverme a cantar estos
icaros: no los reconocía como míos y tampoco
sentía que los pudiera usar. He experimentado una fuerte
lucha entre la negación de mi racionalidad y la aceptación
de mi yo profundo. A mayor rechazo, mayor imposición
de los icaros mediante repetición de sueños,
malestar físico y tensión. Hasta que al final,
he aceptado estos icaros que las plantas y la vida me regalan.
Luego de varias sesiones con sensación
de visualización y activación de centros energéticos,
manifestada a nivel físico como hormigueo o calor en
diferentes puntos, se repetía una y otra vez la visión
de figuras geométricas de diferente color en cada punto
y que a su vez correspondía a una forma natural, a
un simbolismo y a un sonido vocal, Pero las vocales no eran
cinco como en nuestro alfabeto sino siete con la intrusión
de las letras "S" y "M". Entendí
que a cada centro correspondía un icaro-llave que me
sería dado.
Durante dos años he recibido seis icaros,
en espacios de tiempo diferentes, sin premeditar el contenido
ni el orden, siempre en forma imprevista, involuntario, a
través de visiones, de sueños y de semi-sueños
favorecidos por las dietas y el trabajo ritual con plantas-maestras.
El segundo icaro corresponde al chakra (centro
energético en la tradición hindú) de
la base, en relación con la sexualidad. Es la letra
"S" y es una pequeña serpiente roja, de fuego,
que inicia su ascenso (¿despertar de la Kundalini ?
reptando lentamente hacia el abdomen y región sacra,
en forma tridimensional como si el cuerpo fuera transparente.
Tiene que ver con la energía vital y el poder curativo
del cuerpo, la fuerza ascendente de la tierra que va hacia
arriba, hacia el sol. Mientras escucho el icaro de la "S"
cantado por la pequeña mujer-planta con voz sibilina,
suave, arrastrando las SSS como enfatizando el reptar de la
serpiente, veo a los otros asistentes a la sesión de
ayahuasca con un fulgor rojizo en la base y aunque la voz
sale de mi interior no la reconozco como mía.
En orden ascendente, el segundo chakra, infraumbilical,
corresponde a la letra "M" a la que visualizo sólida,
muy apoyada la en la tierra, concreta, material. Siento que
el sonido debe salir del vientre, cuna del instinto, del miedo,
de la vida y de la muerte.
El sonido de estas dos letras o chakras activarían
los dos primeros centros en relación con los impulsos
más primarios. Hacia arriba, la columna luminosa que
era anaranjada en el segundo chakra se vuelve verdosa y es
un árbol que se abre con generosidad en el tórax.
Soy consciente entonces de mi respiración con una agradable
plenitud. Es la letra "A", apertura bucal que nos
proyecta y nos permite tomar aire, ampliarnos, distender el
árbol respiratorio, abrir la conciencia, los recuerdos
y el alma.
La energía circulante entre estos dos
puntos (infra y supra umbilical) forma un arco luminoso que
girando en un plano horizontal forma un sol-girasol amarillo
que corresponde al plexo solar. Se activa entonces este centro
con sus mecanismos de protección y capacidad de acceder
a un conocimiento profundo de uno mismo, con la tristeza y
la alegría, con la emoción, la curación
y la comunicación sin palabras de contenidos profundos,
tan profundos como el sonido de la letra "U".
Superando este punto, llegamos entonces a la
letra "O", línea sin principio ni fin, representación
del ciclo eterno, fundamental, el Ouroboros, punto del corazón.
Es allí donde reside el máximo poder curativo
que es el Amor, representado como un sol de color violeta,
y donde mora la intuición. Es la letra "O"
un círculo portador de todo el simbolismo relativo
a esta figura.
La letra "E" corresponde al chakra
frontal. Nos daría la oportunidad de "Escuchar",
no sólo de captar con claridad el sonido sino de "Entender"
el mensaje que nuestro cuerpo o la naturaleza nos da y de
aprovecharlo en su máxima amplitud.
Finalmente llegamos al chakra superior relacionado
con la letra "I" de Infinito, de Inmensidad, de
interior., de Iluminación... El icaro correspondiente
nos ayudaría a estar en condiciones de "ver"
el interior de las formas, con más intensidad y luz
y sobre todo a discernir, a ver la importancia e integrar
la imagen al todo, con una visión universal. Ver en
otra dimensión, con otros ojos, con más trascendencia
y vivir plenamente cada instante.
Aún no termino de recibir todos los
icaros, no sé si recibiré la serie completa
ni cuándo ni qué habrá luego. Tampoco
sé qué mecanismos subconscientes pueden haber
favorecido esto ni si es cierto que funciona. Me cuesta salir
del esquema racional y debo admitir que hay una serie de incógnitas
interesantes que no tienen explicación. Existe un conocimiento
de la vida escondido muy profundamente dentro de cada uno
de nosotros, alejado de nuestra conciencia por el exceso de
estímulos externos y el mal uso de nuestro cuerpo.
Si nos ponemos en condiciones propicias, este conocimiento
puede surgir en forma inesperada, alumbrando un camino que
hasta entonces no veíamos.
Introdúceme en tu cuerpo
desde allí yo te hablaré.
Introdúceme en tu mente,
desde allí te alumbraré.
Introdúceme en tu corazón,
desde allí te daré calor..
Oirás mi voz de serpiente
deslizarse en tu oído.
Verás mi luz sin verla a través de los sentidos...
y mi calor te seguirá
más allá del frío frío
Y seré parte de ti,
tierra lanzada al infinito...
Mi voz te susurrará
cosas que crees no saber.
Dentro de ti vas a encontrar
la respuesta a tu ser
Ocho (8), doble círculo fecundo
dos serpientes enroscadas,
te hablan sin decir...
que te dicen sin hablar...
NADA
Soy la energía en ti dormida,
despiértame ya.
Quiero ascender, reptar de una vez,
cruzar el cero (0) ya,
cerrar el círculo aquel,
donde la flor duerme en la cruz...
Cuando el azul llegue a tu cara
y la luna a tu cabeza,
a su encuentro yo iré,
serpiente roja, desde la base,
a fundirme con el sol...
Y mi voz te guiará a través del agua
con el color del amor...
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