KRISHNAMURTI Y COMO HACER FRENTE AL RESENTIMIENTO
Y EL ODIO
Pregunta: Si he de ser perfectamente honesto
debo admitir que casi todo el mundo me provoca resentimiento
y a veces odio. Eso hace que mi vida sea muy desdichada y
penosa. Entiendo intelectualmente que soy ese resentimiento,
ese odio, pero no pueda hacerle frente. ¿Puede Ud.
mostrarme el camino?
KRISHNAMURTI:
Veamos qué entendemos por "intelectualmente".
Al afirmar que comprendemos algo intelectualmente, ¿qué
queremos decir con eso? ¿Existe algo que pueda llamarse
comprensión intelectual? ¿O es que la mente
sólo comprende las palabras, porque ese es nuestro
único medio de comunicarnos unos con otros? ¿Comprendemos
algo verbalmente? Eso es lo primero en que tenemos que ser
bien claros: si la llamada "comprensión intelectual"
no es un impedimento a la comprensión.
La comprensión, por cierto, es integral,
no dividida ni parcial. O comprendo algo, o no lo comprendo.
El decirse a uno mismo: "yo comprendo algo intelectualmente",
es sin duda una barrera para la comprensión. Es un
proceso parcial, y, por lo tanto, no es en modo alguno comprensión.
Pues bien, la pregunta es ésta: yo, que
estoy resentido, que estoy lleno de odio, ¿cómo
he de librarme de ese problema, o cómo he de hacerle
frente? ¿Cómo hacemos frente a un problema?
¿Qué es un problema? Sin duda, un problema es
algo que perturba. Por favor, ¿me permitís que
os insinúe algo? Prestad simplemente atención
a lo que estoy diciendo. No tratéis de resolver vuestro,
problema de odio y resentimiento observadlo, no más.
Aunque es difícil penetrar el problema de modo que
al final os veáis libres de él, veamos si podemos
hacerlo ahora. Será un experimento bastante interesante
si lo intentamos juntos.
Yo estoy resentido, lleno de odio; detesto a
la gente, y eso me causa dolor. Y me doy cuenta de ello. ¿Oué
he de hacer? Este es un factor que perturba mucho mi vida.
¿Qué tendré Que hacer? ¿Cómo
estaré realmente libre de ello?
No se trata tan sólo de desprenderme
de ello por el momento, sino de librarme fundamentalmente
de ello. ¿Cómo habré de proceder?
Ahora bien, esto para ml es un problema porque
me perturba. Si no fuera una cosa perturbadora, no sería
problema para mí, ¿verdad? Porque causa dolor,
perturbación, ansiedad, porque creo que es feo, quiero
librarme de él.
Por consiguiente, es a la perturbación
que yo me opongo, ¿no es así? Le doy diferentes
nombres en distintos momentos, en diferentes estados de ánimo;
un día lo llamo esto, y otro día otra cosa.
Pero el deseo, en el fondo, es no verme perturbado. ¿No
es eso? Como el placer no perturba, lo acepto. No deseo librarme
del placer porque en él no hay perturbación,
al menos por el momento. Pero el odio, el resentimiento, son
factores muy perturbadores en mi vida, y yo deseo librarme
de ellos.
De suerte que mi Interés es no ser perturbado,
y estoy buscando una manera de no ser nunca perturbado. ¿Y
por qué no he de serlo? Yo tengo que ser perturbado
para des-cubrir algo, ¿no es cierto? Yo tengo que pasar
por tremendos trastornos, disturbios, ansiedades, para poder
descubrir, ¿no es así? Porque si no me veo perturbado,
me quedaré dormido. Y tal vez sea eso lo que la mayoría
de nosotros desea en realidad: que se nos apacigüe, que
se nos haga dormir, alejarnos de toda perturbación,
hallar aislamiento, reclusión, seguridad. Si a mí
no me importa, pues, ser perturbado (realmente, no superficialmente)
si no me importa ser perturbado porque deseo descubrir, entonces
mi actitud hacia el odio, hacia el resentimiento, sufre un
cambio, ¿verdad? Si no me preocupa el estar perturbado,
entonces el nombre no tiene importancia ¿no es así?
La palabra "odio" no es importante; ¿lo es
acaso? O el "resentimiento" contra la gente carece
de importancia, ¿no es así? Porque entonces
experimento directamente el estado que llamo resentimiento
sin verbalizar esa experiencia. No sé si me explico
bien.
En otros términos: la ira es una condición
muy perturbadora, como lo son el odio y el resentimiento;
y muy pocos de nosotros experimentamos la ira directamente
sin verbalizarla. Si no la verbalizamos, si no la llamamos
"ira", la experiencia es por cierto distinta, ¿verdad?
Como la definimos, con ello reducimos la experiencia nueva
a lo viejo o la fijamos en términos de lo viejo. Mientras
que si no la nombramos, hay entonces una experiencia que se
comprende directamente, y esta comprensión efectúa
una transformación en el momento de esa vivencia. ¿Me
explico con claridad? Por favor, esto no es sencillo.
Consideremos por ejemplo la mezquindad. La mayoría
de nosotros no nos damos cuenta si somos mezquinos -mezquinos
en cuestiones de dinero, mezquinos para perdonar a la gente;
mezquinos simplemente, bien lo sabéis.
Estoy seguro que esto nos resulta familiar.
Ahora bien, dándonos cuenta de ello ¿cómo
vamos a libramos de esa condición? No se trata de llegar
a ser generosos que no es lo importante. El estar libre de
mezquindad implica generosidad; no necesitáis volveros
generosos. De suerte que, evidentemente, hay que darse cuenta
de ello. Puede que seáis muy generosos al hacer un
gran donativo a vuestra sociedad a vuestros amigos, pero terriblemente
mezquinos en cuanto a dar más propina; bien sabéis
lo que yo entiendo por "mezquino". Uno no es consciente
de ello. Cuando uno llega a darse cuenta de ello, ¿qué
ocurre? Nos esforzamos por ser generosos, tratamos de vencer,
nuestra mezquindad, nos disciplinamos con el fin de ser generosos,
etc.
Pero, después de todo, el ejercitar la
voluntad para ser algo sigue siendo parte de la mezquindad,
dentro de un círculo mayor. Así, pues, si no
hacernos ninguna de esas cosas y simplemente nos damos cuenta
de lo que implica la mezquindad. sin aplicarle un término,
veremos que ocurre una transformación radical. Consideremos
la ira: si no le dais un nombre y simplemente la experimentáis,
no a través de la "verbalización",
ya que la "verbalización" es un proceso que
menoscaba la experiencia; si no le dais un nombre, entonces
ella se agudiza, se torna muy violenta y actúa como
una sacudida; y sólo entonces es posible ser libre.
Tened a bien experimentar con esto. Primero,
uno tiene que ser perturbado; y es obvio que a casi ninguno
de nosotros le gusta ser perturbado. Creemos haber hallado
una norma de vida -el Maestro, la creencia,
lo que sea, y ahí nos establecemos. Es lo mismo que
tener un buen puesto burocrático y en él vegetar
por el resto de la vida.
Con esa misma mentalidad abordamos diversas
cualidades de las cuales queremos deshacernos. No vemos la
importancia de ser perturbados, de estar interiormente inseguros,
de no ser dependientes. Es sólo en la inseguridad,
sin duda, que descubrís, que podéis ver, que
comprendéis. Queremos tener, como el hombre de mucho
dinero, una vida fácil. Pero él, por cierto,
no será perturbado; él no quiere ser perturbado.
Así, pues, la perturbación
es esencial para el entendimiento, y cualquier intento de
hallar seguridad es un obstáculo a la comprensión;
y cuando queremos librarnos de algo que nos perturba, ello
es por cierto un obstáculo. Mas si podemos experimentar
un sentimiento directamente, sin nombrarlo, creo que es mucho
lo que en ello encontraremos. Entonces ya no hay pugna con
el sentimiento, porque el experimentador y lo experimentado
son una misma cosa; y eso os esencial. Mientras el experimentador
verbalice el sentimiento, la experiencia, él se separará
de ella y actuará sobre ella; y tal acción es
artificial, ilusoria. Pero si no hay "verbalización",
el experimentador y lo experimentado son una sola cosa. Esa
integración es necesaria, y hay que enfrentarla radicalmente.
Espero que esto sea claro.
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