La invitación de Oriah, anciano incio
No me interesa lo que haces para ganarte
la vida. Quiero saber cual es tu dolor, y si te atreves a
soñar que te permites encontrar lo que tu corazón
añora.
No me interesa cuantos años tienes. Quiero saber si
te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus
sueños o por la aventura de estar vivo.
No me interesan qué planetas hacen la cuadratura de
tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propio
dolor, si las traiciones de la vida te han abierto o si te
has encogido y cerrado por el temor a sentir más dolor!
Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, mío o
tuyo, sin moverte para esconderlo o para resolverlo. Quiero
saber si puedes estar con el gozo, tuyo o mío; si puedes
danzar, salvajemente y dejar que el Éxtasis te llene
hasta las yemas de los dedos de las manos y de los pies, sin
advertirnos que debemos tener cuidado y ser realistas, ni
recordarnos las limitaciones de ser humanos.
No me interesa si es verdadera la historia que me cuentas.
Quiero saber si puedes desilusionar a otra persona para ser
auténtico contigo mismo; si puedes soportar la acusación
de ser un traidor y no traicionar tu alma. Quiero saber si
puedes ser fiel y por lo tanto confiable. Quiero saber si
puedes sentir la belleza aún cuando no todos los días
son bellos, y si puedes encontrar la fuente de tu vida en
SU presencia. Quiero saber si puedes vivir con el fracaso,
tuyo o mío, y a pesar de ello pararte a la orilla de
un lago y gritar SI! al plateado de la luna llena.
No me interesa saber donde vives ni cuanto dinero tienes.
Quiero saber si puedes ponerte de pie, después de una
noche de dolor y desesperanza, agotado y golpeado hasta los
huesos, y hacer lo que hay que hacer por los niños.
No me interesa quién eres, ni cómo llegaste
aquí. Quiero saber si permanecerías conmigo
en el centro del fuego sin echarte para atrás.
No me interesa donde has estudiado, ni que has estudiado,
ni con quién lo has hecho. Quiero saber que es lo que
te sostiene desde adentro cuando todo lo demás falla.
Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo y si te agrada
verdaderamente la compañía que buscas en los
momentos vacíos.
Oriah, soñador de la
montaña
Anciano Indio
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