Retorno A Los Origenes
por Huanchu Daoren
Quienes viven de manera virtuosa pueden estar afligidos por un tiempo, pero quienes dependen de adular al poder se hallan siempre desamparados. Las personas que han despertado ven lo que está más allá de las circunstancias y reflexionan acerca de la vida y de la muerte, de manera que pueden experimentar pasajeramente la aflicción, pero no el desamparo permanente.
Cuando estás apegado al mundo sólo ligeramente, ligero es también el efecto del mundo sobre ti. Cuando estás intensamente envuelto en ocupaciones diversas, sus enredos también se intensifican. Así pues, para las personas iluminadas la simplicidad es superior al refinamiento, y la libertad preferible al cumplimiento de las formas.
La manera de pensar de las personas iluminadas, al igual que el azul del cielo y la luz del sol, no ha de ser escondida por los demás. Pero sus talentos, al igual que gemas que han de ocultarse, no han de darse fácilmente a conocer a los demás.
Se considera personas puras de corazón las que no se acercan al poder y a la fama; pero quienes pueden estar cerca sin verse afectadas son las más puras de todas. Se considera personas de espíritu elevado aquellas que ignoran cómo conspirar e intrigar; mas quienes saben cómo hacerlo pero no lo hacen, son las de espíritu más elevado.
Cuando estás oyendo constantemente palabras ofensivas y tienes siempre en mente algún asunto irritante, sólo entonces tienes una piedra de afilar para desarrollar el carácter. Si sólo oyes lo que te agrada y sólo actúas en aquello que te ilusiona, estás enterrando tu vida en un veneno mortal.
Incluso los pájaros se entristecen en medio de una violenta tormenta; incluso las plantas se alegran en un día soleado. Obviamente, el cielo y la tierra no pueden actuar sin moderar su fuerza siquiera durante un día; la mente humana no puede funcionar sin un espíritu alegre siquiera por un día.
Las bebidas fuertes, los alimentos pesados y los platos con muchas especias no son realmente sabrosos; el verdadero sabor es delicado. Las maravillas y las rarezas no son características de las personas realizadas; las personas realizadas son simplemente normales.
El universo es silencioso e inmóvil, pero las obras de la energía nunca descansan, ni siquiera por un instante. El sol y la luna están en movimiento día y noche, pero su luz nunca cambia. Así pues, las personas iluminadas han de tener un sentimiento de urgencia en los momentos de ocio y una actitud de descanso cuando están ocupadas.
Entrada la noche, cuando todo el mundo descansa, siéntate en soledad y observa dentro de tu mente; percibirás entonces cómo desaparece la ilusión y aparece la realidad. En cada una de estas ocasiones ganas un vasto sentimiento de lo que es posible. Una vez que has percibido cómo aparece la realidad, pero que es dificil escapar a la ilusión, te vuelves también más humilde.
Las bendiciones suelen suscitar también desventuras; por lo tanto, permanece atento cuando las cosas te van bien. El éxito puede lograrse tras el fracaso; así pues, no abandones en los momentos de decepción.
Quienes viven con simplicidad suelen ser puros de corazón, mientras que quienes viven en el lujo tal vez sean esclavos y serviles. Parece que la voluntad se clarifica con la sencillez, mientras que la conducta se arruina con el desenfreno.
Sé abierto y amplio de espíritu en esta vida, y así nadie podrá quejarse de ti. Deja que tu generosidad perdure mucho tiempo tras tu muerte, para que todo el mundo quede satisfecho. Donde se estreche el camino, haz un alto para dejar pasar a los demás; cuando hay buena comida, deja un tercio para que otros la disfruten. Es ésta una buena manera de vivir en el mundo con paz y felicidad.
Existe un verdadero Buda en la vida de familia; existe un Tao real en las actividades de cada día. Vivir con sinceridad y armonía, y promover la comunicación con un comportamiento alegre y palabras amistosas, es más elevado que la práctica formal de la meditación.
Las personas que son compulsivamente activas son inestables, mientras que las adictas a la quietud son indiferentes. Se debe tener un espíritu vivo en medio de la tranquilidad; ésta es la manera de ser de las personas iluminadas.
No seas muy severo en criticar los defectos de la gente; considera hasta qué punto pueden aguantar. No seas demasiado altanero al disfrutar de la virtud, de manera que los demás puedan practicarla.
Una oruga en la basura es algo sucio, pero se transforma en una cigarra que sorbe rocío en la brisa otoñal. Las plantas enterradas no tienen prestancia, pero se transforman en brillo incendiado a la luz de la luna estival. Así, sabemos que la pureza surge de la impureza, y que la luz nace de la oscuridad.
La presunción y la arrogancia son estados adquiridos de la mente. Conquista los estados adquiridos de la mente, y podrá desarrollarse la cordura original. La pasión y la voluntariedad son partes de la falsa conciencia; suprime la falsa conciencia, y aparecerá la conciencia verdadera.
Si piensas en la comida con el estómago lleno, no te preocuparás del sabor. Si piensas en la sensualidad después de hacer el amor, descubres que no te interesa el sexo. Por ello, si la gente reflexionase sobre el arrepentimiento que sienten después para prevenir la locura del momento, mantendría una actitud estable y no caería en el error.
Cuando te halles en una posición de importancia, no pierdas la actitud de retiro rural. Cuando te encuentres de retiro en el campo, mantén los asuntos de estado en la mente. No se necesita por fuerza buscar el éxito en el mundo. No busques la gratitud de los demás; es un beneficio no estar resentido.
La diligencia consciente es una virtud, pero si es exagerada no aporta satisfacción y alegría. La sobriedad y la simplicidad son nobles virtudes, pero si son demasiado austeras no servirán para ayudar a los demás.
Quienes hayan llegado a un callejón sin salida, han de examinar sus intenciones originales; quienes hayan triunfado han de observar a dónde se dirigen.
Cuando los ricos y bien aposentados, que debieran ser generosos, son por el contrario malévolos y crueles, hacen que su comportamiento sea infame y despreciable, a pesar de sus riquezas y posición. Cuando los que son intelectualmente brillantes, que debieran ser reservados, se muestran por el contrario ostentosos, son ignorantes y necios, a pesar de su brillantez.
Cuando uno ha estado en una baja posición, se sabe qué peligroso es subir a una alta posición. Cuando se ha estado en la oscuridad, se sabe cuán revelador es entrar en la luz. Si se ha mantenido la quietud, se sabe qué cansada es la actividad obligada. Si se ha alimentado el silencio, se sabe qué perturbador es el exceso de charla.
Es posible deshacerse de las maneras mundanas tras abandonar las ambiciones sociales. Se entra en la sabiduría tras abandonar las ambiciones espirituales.
Los deseos no dañan tanto la mente como la dañan las opiniones. Los sentidos no estorban tanto la iluminación como la estorba el intelecto. Volubles son los sentimientos; el mundo está lleno de azares. Cuando te halles en una situación sin salida, has de saber cómo retroceder. Cuando las cosas van suavemente, esfuérzate por permanecer respetuoso.
Al tratar con personas sencillas, es fácil comportarse con gravedad, pero difícil evitar menospreciarías. Al tratar con personas de rango superior, es fácil ser respetuoso con ellas, pero difícil ser corteses.
Es preferible ser simple y rechazar el intelectualismo, que retener la propia cordura y devolverla al universo. Es preferible dejar la extravagancia de lado y contentarse con la simplicidad, a dejar un nombre famoso al mundo.
Para conquistar a los demonios, conquista primero tu mente. Cuando la mente ha sido dominada, los demonios se alejan obedientes. Para controlar a los malhechores, controla primero tu propio estado de humor. Cuando tu estado de humor es equilibrado, los canallas no pueden hacerte ningún mal.
Enseñar a estudiantes es como criar una hija virgen; es necesario ser estricto acerca de adónde van y cuidadoso con lo que ven. Una vez que se han mezclado con la gente que no deben, es como plantar una mala semilla en un campo limpio; será difícil hacer crecer una buena cosecha.
En asuntos del deseo, no te precipites en implicarte porque sea fácil; una vez que te has implicado, te hundirás profundamente. En asuntos de principio, no retrocedas por miedo a la dificultad; una vez que desciendes hacia atrás, pierdes por completo tus cimientos.
Quienes son cuidadosos, cuidan de si mismos al igual que cuidan de los demás, poniendo atención en cada situación. Quienes no son cuidadosos, se desairan a sí mismos y a los demás, descuidando cada situación. Las personas iluminadas cuidan de no implicarse demasiado ni permanecer indiferentes.
A quienes se aproximen a ti con riquezas, respóndeles con compasión. A quienes se acerquen a ti con su rango, respóndeles con justicia. Las personas iluminadas no son prisioneras de los que mandan. Cuando alguien está decidido, puede superar el destino; cuando la mente está unificada, ésta moviliza la energía. Las personas iluminadas no permiten que ni siquiera la naturaleza las encasille en un molde.
Al establecerte en la sociedad, si no tienes nobleza de carácter, será como cepillarte la ropa en medio del polvo o lavarte los pies en medio del barro. ¿Cómo podrías ser libre? En tus tratos con el mundo, si no eres respetuoso, serás como una polilla volando pegada a la llama o un carnero embistiendo un cercado. ¿Cómo podrías estar en paz?
Los estudiantes necesitan reunir todo su ánimo vital y encaminarlo totalmente en una dirección. Si cultivas cualidades personales con tu mente concentrada en el éxito y en los honores, no realizarás progresos reales. Si lees con tu interés puesto en el disfrute de la estética literaria, no harás que tu mente sea más profunda.
Existe una gran compasión en todo el mundo; un Buda y un carnicero no poseen mentes diferentes. Existe un gozo real en todas partes, tanto en una lujosa mansión como en una humilde choza. Es sólo cuando uno se ve invadido por los deseos y bloqueado por los sentimientos, cuando se pierde lo que realmente está presente; y esto crea toda la diferencia en el mundo.
Desarrollar la fuerza de carácter y cultivar la iluminación requiere un cierto grado de indiferencia. En cuanto que aparece la fascinación, se persiguen objetos del deseo. Ayudar al mundo o gobernar un estado requiere un sentimiento de desapego. En cuanto aparece el apego, se está en peligro.
Las buenas personas son pacificas no sólo en la acción; sus espíritus son amables incluso en sueños. Las personas malvadas son perversas no sólo en sus acciones; incluso sus voces y risas son perjudiciales.
Cuando el hígado está enfermo, la vista decae; cuando el riñón está enfermo, el oído se ve afectado de manera adversa. La enfermedad no es visible, pero si sus efectos. Por ello, las personas iluminadas, como desean liberarse de las imperfecciones evidentes, primero eliminan las imperfecciones ocultas.
No hay mayor dicha que tener pocas preocupaciones, ni mayor desdicha que tener muchos desvelos. Sólo quienes han sufrido por sus desvelos conocen la dicha de tener pocas preocupaciones. Sólo quienes han calmado su mente conocen la desdicha de tener muchos desvelos.
En tiempos de orden se debe ser preciso; en tiempos turbulentos se debe ser flexible. En tiempos de degeneración han de combinarse precisión y flexibilidad. Al tratar con buena gente se ha de ser magnánimo; al tratar con mala gente se ha de ser estricto. En el trato de la gente normal ha de combinarse la magnanimidad y el sentido de lo estricto.
No pienses en cualquier servicio que hayas podido hacer a los demás; piensa en lo que has podido hacer para ofenderles. No olvides lo que otros han hecho por ti; olvida aquello en lo que otros te han ofendido.
Cuando los que hacen obras de caridad las hacen sin sentimiento de autosatisfacción y sin pensamientos de recompensa, incluso una pequeña donación es grande. Cuando los que ayudan a los demás calculan su propio sacrificio y piden gratitud y recompensa, incluso una gran donación es pequeña.
Las circunstancias de la gente pueden ser estables o inestables; ¿cómo podrías garantizar que únicamente tú eres estable? Tus propios sentimientos pueden ser razonables o irrazonables; ¿cómo podrías esperar que los demás sean siempre razonables? Es muy útil ver las cosas bajo esta luz y corregir de este modo las contradicciones de tus expectativas hacia ti mismo y hacia los demás.
Sólo cuando tu mente es limpia estás en un estado adecuado para leer libros y estudiar a los clásicos. En caso contrario, cuando lees acerca de una buena obra, intentarás reivindicaría como si fuera tuya; y cuando oigas un buen dicho, lo tomarás prestado para encubrir tus fallos. Esto es lo mismo que prestar armas a un rebelde, o proporcionar herramientas a un ladrón.
Es preferible personas sobrias que tienen de más a pesar de ser pobres, que personas derrochadoras que son ricas pero están insatisfechas. Las personas de talento que trabajan mucho y se vuelven blanco del resentimiento no pueden compararse con las ineptas que viven tranquilamente y conservan íntegra su verdadera naturaleza.
Quienes leen libros pero no ven la sabiduría de los sabios son esclavos de la letra. Quienes trabajan en oficinas públicas y no aman a la gente son ladrones que roban el salario. Quienes enseñan pero no practican lo que enseñan son meros charlatanes. Quienes intentan hacer un trabajo con éxito sin considerar el desarrollo del carácter lo encontrarán sin sustancia.
En la mente humana existe un verdadero libro, pero está cerrado en ediciones fragmentadas. Existe una melodía real, pero está oscurecida por canciones ruidosas y danzas ostentosas. Los estudiantes deberían eliminar los accesorios y buscar directamente lo esencial; sólo entonces serán capaces de experimentarlo y servirse de ello.
En la mente comprometida que se esfuerza con pesar, siempre se encuentra alguna alegría. La pena de la decepción emerge en la complacencia de la satisfacción.
La riqueza, la posición social, el honor y la alabanza que provienen de las cualidades de la iluminación son como flores serranas, que brotan y florecen de manera natural. Los que provienen de las realizaciones profesionales son como flores en tiestos, que son trasladadas de lugar, cortadas y trasplantadas. Los que proceden de un poder pasajero son como flores en jarrones, sin raíces, que se marchitan rápidamente.
Cuando llega la primavera y el tiempo se hace cálido, las flores embellecen el paisaje y los pájaros gorjean placenteramente. Si las personas que son suficientemente afortunadas para obtener puestos oficiales, estar bien alimentadas y tener buenas casas, no se preocupan en asentar una sólida cultura y no realizan buenas obras, aunque vivan cien años, es como si no hubieran vivido en absoluto.
Las personas instruidas han de ser esforzadas y diligentes, pero han de ser también libres de espíritu. Si son demasiado rigurosas y austeras, tienen la cualidad de tratar con la muerte como el otoño, pero carecen de la cualidad de dar la vida como la primavera. ¿Cómo pueden así hacer evolucionar a la gente?
Quienes son realmente virtuosos no son conocidos por su virtud. Quienes se crean dicha reputación lo hacen por motivos egoístas. Quienes son realmente habilidosos no emplean recursos artificiosos. Quienes emplean recursos artificiosos son ineptos por hacerlo.
Existe un tipo de vasija que se vuelca cuando está llena. Una hucha-cerdito no se rompe mientras está vacía. Así, para las personas iluminadas. es mejor morar en el no ser que en el ser, mejor carecer que estar repletas.
Mientras que una persona no se haya liberado del deseo de celebridad, incluso si desprecia el principado y se contenta con la pobreza, todavía es prisionera de los sentidos. Mientras que uno no se despoje del aventurerismo impulsivo, aunque se ayude al pais, se trata simplemente de una hazaña.
Si la mente está iluminada, existe un cielo azul en una habitación oscura. Si los pensamientos están confusos, aparecen espíritus malévolos a plena luz del día.
Las personas que conocen la fama y la celebridad, están encantadas, pero desconocen que el placer del anonimato es más real. Las personas saben que el hambre y el frío causan aflicción, pero no saben que es mucho mayor la desgracia que supone no experimentar el hambre y el frío.
Si temes que la gente sepa que has hecho algo malo, hay algo bueno en lo malo. Si estás ansioso porque la gente sepa que has hecho algo bueno, entonces hay algo malo en lo bueno.
Las acciones del cielo son insondables, a veces alentadoras, y a veces obstaculizadoras. Las proezas y los fallos de los héroes son igualmente grandes. Las personas iluminadas saben cómo aceptar la adversidad y están preparadas para las dificultades incluso en los momentos en que todo es fácil; por ello, no están a merced del destino.
Quienes son ásperos y agresivos, son como fuego que quema todo lo que toca. Quienes son desagradecidos, son como hielo que congela cuanto encuentra. Quienes son obsesivos e irreflexivos, son como agua estancada o madera podrida, vacías ya de vida. Estos tres tipos de personas tienen dificultades en realizar sus tareas y en expandir el bienestar.
No habría que buscar la felicidad: alimentar simplemente el espíritu de la alegría es la base para atraer la felicidad. No es necesario escapar de la desdicha: líbrate de la maldad como medio de evitar la desgracia.
Si el 90 por 100 de lo que dices es acertado, no serás forzosamente elogiado como excepcional; pero si una sola afirmación es errónea, todo el mundo te reprochará este error Si funcionan nueve de cada diez planes, no considerarán forzosamente que tienes éxito; pero si un solo plan falla, te colmarán de injurias. Por ello, las personas iluminadas prefieren el silencio a la irreflexión y la ineptitud a la listeza.
Cuando el aire es cálido, hay crecimiento; cuando es frío, hay muerte. Igualmente, quienes son fríos por naturaleza reciben poca felicidad, mientras que quienes son de corazón cálido reciben numerosas bendiciones.
Amplio es el camino de la verdad; establece tu mente en él, y sentirás una apertura expansiva y una vasta claridad. Estrecho es el camino de los deseos humanos; si pones tus pies en él, verás zarzas y lodo ante ti.
La felicidad sólo dura para aquellos que la logran sirviéndose de las dificultades y de las facilidades como medios de crecimiento personal. El conocimiento únicamente es real para aquellos que lo han logrado investigando la parte que tienen en cada caso la duda y la fe. Ha de vaciarse la mente, pues sólo en una mente vacía entra la verdad. Ha de llenarse la mente, pues cuando está llena no entra en ella el deseo de cosas.
Breve resumen de la biografía del autor y su obra
Retorno a los orígenes es una recopilación de meditaciones sobre las cuestiones fundamentales de la vida humana. Fueron escritas alrededor del año 1600 por un erudito chino retirado, Hong Yingming, cuyo nombre taoísta, Huanchu Daoren, significa «un caminante que retorna a los orígenes».
En ellas puede verse una forma de taoísmo laico que se remonta muchos siglos en la historia, a una época en la que las comprensiones históricas y sociológicas del primitivo confucianismo se combinaban con los avanzados conocimientos educativos y psicológicos y las metodologías del budismo y del taoísmo.
No se sabe realmente nada de Huanchu Daoren, excepto que escribió este volumen de meditaciones, que originalmente se tituló «Charlas de raíces vegetales», y que compiló una colección de historias sobre los hechos extraordinarios de los adeptos budistas y taoístas.
Se identifica a sí mismo como un confuciano, lo que significa que es un laico; su epíteto taoísta, Retorno a los orígenes, significa en simbolismo de calendario que ha sobrepasado la edad de sesenta años, se ha retirado de los asuntos públicos y ha empezado un nuevo ciclo de vida. Estos son sus pensamientos sobre los secretos de la serenidad y de la sabiduría en un mundo cambiante; reflexiones sobre las cuatro estaciones de una vida.
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