La Escuela de Salamanca luchó por implatar los Derechos Humanos
por Florián Yubero
En el Renacimiento la teología decadente se enfrento al esplendoroso humanismo, la escolástica se convirtió en un método: inepto y rutinario. El aporte fundamental de la Escuela de Salamanca a la teología quizá sea el acercamiento a los problemas de la sociedad, que antes habían sido ignorados, además del estudio de cuestiones hasta entonces inéditas. Por ello a veces se utilizaba el término teología positiva para destacar su carácter práctico frente a la teología escolástica. Al comienzo del siglo XVI, las concepciones tradicionales dogmáticas del hombre y su relación con Dios, se habían visto discutidas por la aparición del humanismo, supuso un cambio importante en el concepto del hombre en sociedad. Que evoluciono los pensamientos entrando con ellos en la Edad Moderna.
La Universidad de Salamanca en este periodo, inicia con sus juristas, una evolución en los conceptos de los derechos humanos que fue acogido y difundido por los pensadores sociales del siglo XVII y por los ilustrados del siglo XVIII, la influencia de las primeras revoluciones liberales del Siglo XVIII de Estados Unidos y Francia, tomaron los pensamientos de libertad de Salamanca, textos incompletos pues en ninguno de estos proyectos se considero a las mujeres.
El término Escuela de Salamanca se utiliza para designar la regeneración del pensamiento que llevó a cabo un importante grupo de profesores (en mayoría teólogos), universitarios españoles y portugueses, Se inscribe dentro del contexto más amplio del Siglo de Oro español, en el que hubo una eclosión de las artes. Salamanca floreció y destacó en varias ciencias. El influjo intelectual de la Escuela se percibió en otras naciones, puesto que muchos de los componentes de la Escuela dieron clases en Universidades europeas. Los temas de estudio se centraron principalmente en el hombre y sus problemas morales, económicos, y jurídicos, teorías que no constituyeron doctrinas totalmente aceptadas por todos, como lo prueban los desacuerdos, polémicas y enfrentamientos que provenían de la vitalidad de la Escuela.
La Escuela de Salamanca abordó estos problemas desde nuevos puntos de vista, con moralistas fundadores de una escuela de teólogos y juristas que realizó la tarea de reconciliar la doctrina tomista con el nuevo orden social. Se mezclaron en conveniencia la escuela Salmanticense con Francisco de Vitoria (1483-1546), hasta Domingo de Soto (1494-1560), ambos dominicos y los Conimbricenses, jesuitas entre los que destacaron Luis de Molina (1535-1600) y Francisco Suárez (1548-1617).
En momentos en la que las religiones impregnaba la vida de los súbditos. El analizar la moralidad de los actos era el estudio más y útil que podía ofrecerse en ofrenda a la sociedad ciudadana. Por eso las aportaciones originales en derecho y economía de la Escuela de Salamanca fueron en su origen análisis concretos de los desafíos y problemas morales ocasionados a la sociedad por las nuevas situaciones. Comenzó a desarrollarse el probabilismo, donde el criterio último ya no era la verdad, sino la seguridad de no elegir mal, teoria que llegó a convertirse en la escuela moral más importante de los siglos siguientes. Una idea revolucionaria es que la moral no depende de ninguna divinidad, se puede hacer el mal aunque se conozca a Dios, y se puede hacer el bien aunque se le desconozca. Esto resultaba importante para el trato con los paganos, ya que el hecho de que no fuesen cristianos no presuponía que no fuesen buenos ni estuvieran desatendidos de Dios.
Francisco Vitoria, ofreció un aspecto inédito de la divinidad para explicar la presencia del mal en el mundo. “Puesto que la libertad es concedida a cada hombre, no es posible que el hombre actúe eligiendo siempre el bien”. La consecuencia es que el hombre puede provocar voluntariamente el mal. El agustino conquense fray Luis de León catedrático en la Universidad, habló sobre la libertad humana en un acto público, con su teoría que ensalzaba el libre albedrío en detrimento del pecado original y de la gracia otorgada por dios. Otros clérigos consideraron era concepto herético, por lo que se le acusó ante el Santo Oficio, Fray Luis fue encarcelado por la Inquisición y cuando fue liberado se le prohibió defender tales ideas.
El Papa PabloV en 1607 reconoció la libertad de jesuitas y dominicos de defender sus ideas, prohibiendo fuesen calificadas de herejía.
La doctrina jurídica de la Escuela de Salamanca significó el fin de los conceptos medievales del derecho, con la primera gran reivindicación de la libertad, inusitada para la Europa de la época. Los derechos naturales del hombre pasaron a ser, de una u otra forma, el centro de atención, tanto los relativos al cuerpo (derecho a la vida, a la propiedad) como al espíritu (derecho a la libertad de pensamiento, a la dignidad).
La Escuela de Salamanca reformuló el concepto de Derecho natural. Éste surge de la misma naturaleza, y todo aquello que exista según el orden natural comparte ese derecho. La conclusión obvia es que, puesto que todos los hombres comparten la misma naturaleza también comparten los mismos derechos como el de igualdad o de libertad. Puesto que el hombre no vive aislado sino en sociedad, la ley no se limita al individuo. La justicia debe ser ejemplo de ley natural que se realiza dentro de la sociedad, actuar con justicia es un deber dictado por la ley natural.
Frente a la concepción predominante en España y Europa de los indios de América como infantiles incapaces y hasta animales sin alma, una gran novedad fue el reconocimiento de sus derechos, como el derecho a la vida, a la propiedad de sus tierras o a rechazar la conversión por la fuerza.
|