Origen y significado
de la arroba
14-01-2003. Antonio Caravantes (antonio[en]caravantes.com)
La
arroba, este símbolo que hoy se asocia a Internet, está
tan de moda como la propia red. No solo se le utiliza para evocar
la modernidad y la era digital, también se le dan otros usos
más literarios. Por ejemplo es bastante frecuente que algunos
internautas lo utilicen para identificar a colectivos humanos de
ambos sexos, tratando de evitar la terminología clásica
que es más explícita hacia uno solo de esos sexos.
Es esta intención igualitaria la que ha inspirado el slogan
utilizado por la izquierda española en una de sus últimas
campañas: "Somos necesari @ s".
La apariencia de que puedan estar superpuestas una
"a" y una "o" puede, efectivamente, resultar
placentera para algunas personas del sexo femenino, pues implica
un reconocimiento concreto de que se ha pensado "explícitamente"
en esa mitad de la población que antaño estuvo relegada
a un segundo plano. El símbolo arroba se está convirtiendo
así en un representante de la dualidad sexual, pero no está
exento de problemas. Para empezar, no parece haber una forma razonable
de leer palabras como "necesari @ s".
Los más puristas defensores del idioma tradicional
ven esto como un snobismo inadecuado, pero aún así
es usado por quienes quieren realzar la igualdad entre hombres y
mujeres (o realizar un gesto que parezca ir en esa dirección).
Esta ambigüedad sexual también ha hecho que la arroba
sea estupendamente acogida por los sectores de gays, lesbianas,
transexuales y otras personas que no tienen una identidad sexual
clásica. Si ya vimos incluso que un cantante famoso reniegue
de su nombre y lo sustituya por un signo impronunciable (los medios
de comunicación lo citan como "el cantante anteriormente
llamado Prince"), tampoco va a sorprendernos ahora que un travesti
se haga llamar " @ ". Vale.
Y toda esta arrobamanía o arrobitis viene por
Internet y las direcciones de correo electrónico. Para esas
direcciones de correo había que buscar alguna fórmula
que combinase el identificativo de usuario con el identificativo
del servidor que alojaba la cuenta de ese usuario. Para separar
y distinguir ambas partes, Ray Tomlinson -creador del sistema de
correo electrónico, en 1971- usó este carácter
ya en su primera dirección "tomlinson @ bbn-tenexa",
que en inglés se lee habitualmente como "tomlinson AT
bbn-tenexa". Efectivamente algunas tipografías representan
la arroba como dos pequeñas letras "a" y "t"
muy juntas, en un solo carácter "at" (lo cual es
bastante incompatible con la ambigüedad en "somos necesariats").
Haciendo una traducción literal, en español
podríamos decir "tomlinson EN bbn-tenexa", cosa
totalmente adecuada porque indica la cuenta y el servidor en que
esa cuenta está alojada (la palabra inglesa AT también
puede traducirse por A, DE, POR, SOBRE, e incluso con algún
otro adverbio). Pero en nuestra cultura hemos preferido mantener
la palabra arroba, aunque perdamos el singificado original.
Dicho todo esto, ya puede entenderse fácilmente
que la arroba también se utilice para indicar quien es el
autor o propietario intelectual de un documento.
@ Antonio Caravantes (DE Antonio Caravantes)
Tomlinson eligió este carácter concreto
porque estaba infrautilizado: daba lugar a pocas confusiones puesto
que no podía formar parte del nombre de usuario ni del nombre
del servidor, y era poco utilizado en otros aspectos. Si se hubiera
elegido otro carácter para las direcciones de correo, ahora
no estaríamos hablando de la arroba, y no habría transexuales
que eligiesen ese carácter como identificativo artístico.
Por el año 1971 Tomlinson no podía calcular las consecuencias
sociales de aquella elección que a él le parecía
tan trivial en ese momento.
Pero el símbolo de la arroba esconde otras
curiosidades: ¿Por qué estaba en el teclado si realmente
no se usaba con frecuencia? ¿Qué había representado
antes ese carácter? Para responder a estas preguntas hemos
de remontarnos algunos siglos atrás.
Gráficamente, el símbolo de la arroba
también procede del latín, y más concretamente
de contraer las letras de la palabra AD, que significa "hacia"
(también "en", "hasta", "a",
"sobre" o "cerca", según los autores).
En la edad media estaba muy de moda ligar (adherir o incluso solapar)
las letras contiguas de la misma palabra. Las letras A y D (minúsculas)
solían representarse con sus partes principales solapadas,
y el rabito inferior derecho de la "a" terminaba levantándose
verticalmente, para recordar también a la letra "d".
Con el tiempo, este último rasgo vertical fue volcándose
hacia la izquierda, de forma similar a lo que sería el número
6 visto en un espejo. Luego, el rasgo final fue tumbándose
sobre la parte central del carácter, para terminar casi rodeándola
y envolviéndola en una especie de "látigo espiral".
Todavía, puede reconocerse parcialmente esta evolución,
puesto que algunas fuentes tipográficas representan mayores
o menores curvaturas en el trazo final. Por cierto, la palabra latina
AD se traduce al inglés como AT, lo que aporta la relación
entre esta arroba latina y la arroba informática que comentábamos
antes: son la misma cosa.
La arroba fue una popular medida de peso y volumen
que tuvo su origen en la Andalucía previa al siglo XVI, cuando
esta región española estaba influenciada por igualmente
por la cultura latina y la musulmana. De hecho, la palabra viene
del árabe "AR-ROUB" o "AR-RUBA", que
significa cuatro (o cuarta parte) porque cuatro arrobas formaban
otra unidad mayor (el "quintal"). Aunque se supone que
esa medida pudo estar en uso desde muchos años antes, parece
que la primera documentación escrita sobre la arroba hace
referencia a la medición de las mercancías que eran
transportadas en los viajes trasatlánticos que hacían
ruta entre América y Sevilla (ahora la arroba vuelve a recuperar
su vocación navegante, pero en el ciberespacio). Ya en aquella
época se usaba el símbolo @ como "abreviatura"
o suficiente expresión escrita de la medida. De igual manera,
el símbolo era usado también para indicar el precio
unitario, y así se usaba la arroba para referenciar el precio
de cada medida ("arroba") de mercancía.
Luego, en casi toda Europa siguió utilizándose
la arroba como medida, aunque en diferentes zonas implicaba una
cantidad o medición distinta, y un sistema de divisiones
también diferente. Todas estas medidas comenzaron a decaer
a mediados del siglo XIX, cuando fue aprobado el sistema métrico,
aunque los ambientes rurales siguieron usando sus respectivas arrobas
tradicionales por muchos años más. El diccionario
todavía reconoce la expresión "por arrobas"
que significa "a montones".
A pesar del sistema métrico, el entorno comercial
norteamericano siguió usando el signo de la arroba para indicar
el precio unitario, independientemente del tipo de mercancía,
de forma similar a como lo habían hecho originalmente los
andaluces. Para indicar que se vendían 3 caballos a 5 dólares
cada uno, los comerciantes yankies escribían (en inglés)
"3 caballos @ 5,00$". Ese es el motivo de que los teclados
de las máquinas de escribir mecánicas -inventadas
en EEUU, en el siglo XIX- incluyeran el símbolo de la arroba
casi desde su aparición. En este sentido, el símbolo
@ se vocalizaba como "a comercial", aunque también
se usaba "en signo" (at sing) o -abreviado- "en"
(at, como ya se ha dicho), o incluso "arroba".
Durante el siglo XX, el uso de este símbolo
fue decayendo, y eso podía haber provocado que también
hubiera desaparecido de las máquinas de escribir. Los fabricantes
de estas máquinas necesitaban añadir caracteres nuevos
que iban sustituyendo a los menos usados del teclado. Seguramente
la arroba no fue suprimida por el simple hecho de que resultaba
bastante difícil de escribir algo parecido utilizando cualquier
otra tecla o combinación de caracteres. El caso es que la
arroba permaneció en las máquinas de escribir, como
una rareza y también en cierto modo como una tradición.
Y así se explica que ese símbolo haya
sido heredado por los teclados de ordenador, que inicialmente fueron
copias bastante fieles de los utilizados en las máquinas
de escribir de la época: el primer juego de caracteres ASCII
(que no añadía vocales acentuadas ni otros símbolos
especiales) ya incluía el carácter de la arroba. Como
ya se ha dicho, que fuera un carácter "devaluado"
fue el principal motivo de que Tomlinson lo eligiera para conformar
las direcciones de correo-e. Pero ni siquiera eso fue algo muy original.
La arroba ya había sido utilizada previamente por otros informáticos,
y e incluso había sido usada en lenguajes de programación.
En español se dice "arroba",
pero otros idiomas utilizan expresiones mucho más descriptivas,
que hacen referencia a la espiral final o a su supuesta semejanza
con el rabo de algún animal: así, en Sueco se dice
"alfa-manguera" (alfaslang); en danés, "a-con-rama"
(snabel-a); en holandés "cola-de-mono" (apestaartje);
en francés, "caracol" (scargot); en italiano, "caracola"
(chiocciola); en noruego, "bollo espiral" (kanel-bolle),
etc... En España también hay quien usa la palabra
"ensaimada" que igualmente designa un bollo espiral típico
de Mallorca. Y también he oído, en entornos muy informales,
que se la llama "oreja" u "orejilla" por su
similitud con este órgano humano.
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